Respeta a las víctimas, Manuela

Respeta a las víctimas, Manuela

El respeto a las cinco víctimas del Madrid Arena debería ser innegociable. Sin embargo, Manuela Carmena permite que el promotor de aquella ignominia, Miguel Ángel Flores, siga haciendo un imperio de la noche e incluso dé fiestas sin licencia. La alcaldesa y su equipo deberían dejar la retórica y la teoría para los mítines y centrarse en gestionar la ciudad. En esa gestión municipal, uno de los puntos más delicados se encuentra en todo lo que tiene que ver con los negocios de la noche. Parece mentira que con un precedente tan nefasto como el del Madrid Arena, el Consistorio sea tan irresponsable de no aplicar la Ley de Espectáculos Públicos. Una norma contra el exceso de aforo en los locales que evitaría que tragedias del pasado volvieran al presente. 

No obstante, Isabel de la Fuente, madre de una de las niñas fallecidas en la macrofiesta del 1 de noviembre de 2012, dice que la incidencia de esa medida es prácticamente nula bajo el mandato de Ahora Madrid. ¿Tiene que ocurrir otra tragedia para que el Ayuntamiento tome medidas? La inacción es alarmante. Especialmente porque con demasiada asiduidad ocurre algún suceso que alerta de que todas las precauciones son pocas. El pasado fin de semana, sin ir más lejos, se derrumbó un falso techo en una discoteca en el barrio madrileño de Carabanchel y hubo 26 heridos. No siempre hay tanta suerte. Ese mismo día, murieron ocho personas y 36 resultaron heridas por el fuego y el exceso de aforo en una sala de Portugal. 

Similar a lo que sucedió en la macrofiesta de Halloween del Madrid Arena hace ya más de cinco años. Nadie ha pagado todavía por aquella chapuza que acabó en tragedia. De hecho, Flores sigue campando a sus anchas por la noche madrileña. Hasta el punto de tomar por tontos a las autoridades y responsables públicos al servir canapés para enmascarar lo que en realidad es una gran discoteca. Esperemos que la sentencia del Tribunal Supremo lleve a este individuo a donde merece estar: prisión. Esperemos también que no haya que lamentar otra cadena de negligencias como la que se dio entonces para que Carmena y su equipo consistorial tomen medidas de una vez por todas y abandonen la irresponsabilidad como imagen de marca.

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