El Real Madrid jamás se rinde
Caer en la Champions tras reinar en ella durante tres temporadas, era previsible. Que se lo pregunten a los grandes equipos europeos que aún no han logrado levantar dos copas seguidas. El Real Madrid es el único club que ostenta, a pesar de haber caído en esta edición y mientras no se juegue la próxima final en el Metropolitano, el título de campeón de Europa y del mundo. Sólo cuando esos otros equipos blindados con petrodólares o movidos por envidia alcancen la altura del Real Madrid, deberíamos preocuparnos más de la cuenta. Hasta entonces, que laman las botas del campeón y le muestren el respeto que merece. Que el Madrid es mucho Madrid y jamás se rinde.
Ahora que ando en horas bajas –como cualquier madridista de ley– he de sacar fuerzas de flaqueza para dar mi apoyo a unos magníficos jugadores y a su presidente, Florentino Pérez. Mi angustia no es que hayamos perdido así o asaó, el disgusto me viene porque nos saquen de la Champions, territorio propicio, unos tulipanes que convertimos en mermelada de polen en siete partidos anteriores. Soñábamos con que Sergio Ramos, granítico capitán, levantara la 14ª en el Wanda. Pero el sueño acabó en la alcantarilla. Admito que el gen competidor del Madrid se tomó unas indecentes vacaciones en el Bernabéu y que, de haber jugado Tarzán, otra vez estaríamos en el bombo.
Queda el futuro y el Madrid siempre vuelve. La bronca de vestuario entre Florentino y Sergio, tras el batacazo blanco, fue algo normal, ¿o pensaban que el presi y el capi iban a fundirse en un abrazo de oso y dar saltos de alegría después del fracaso? Las deserciones de CR7 y Zidane, pues ambos se fugaron de la entidad que los trató como reyes, despidiéndose de ella como hacen las criadas, de pronto y a última hora, dañaron la planificación del Real Madrid que trajo estos lodos. Así que, de hoy en adelante, Florentino, no debería dudar, sino prescindir, de aquellos cracks que escuchan los cantos de sirena de otros clubs. Quien esté descontento en el Madrid, que se las pire, que ya sabrá lo que se pierde.
Ojalá vuelva a ser nuestro entrenador don José Mario dos Santos Mourinho, el único capaz de hacernos ganar La Liga, la Copa del Rey y poner al Varsa (con V) en su sitio. Ganar la 14ª Champions, ya depende de Florentino y de lo que estire su chequera. La clase, el coraje y efectividad de Alfredo Di Stéfano, volverán. ¡Hala Madrid!