¿Qué clase de políticas sociales son éstas?

¿Qué clase de políticas sociales son éstas?

Ximo Puig y Mónica Oltra ya no engañan a nadie. Por mucho que el presidente (PSOE) y la vicepresidenta (Compromís) de la Comunidad Valenciana se hayan vanagloriado en repetidas ocasiones de que la región «es referente en buenas prácticas en política social», lo cierto es que la falta de recursos que afecta a este ámbito resulta cada vez más evidente. Las consecuencias recaen sobre el sector más indefenso, el de los niños. Así, se han suspendido las becas para alumnos con necesidades especiales. Menores que, con discapacidades o trastornos graves de conducta y con «necesidad específica de apoyo educativo», se verán desprovistos de la imprescindible ayuda pública. La excusa institucional en este inicio de curso académico es el endurecimiento de los criterios para la concesión de dichas becas.

Requisitos que ni siquiera están fundamentados en un estudio concienzudo o en unas cifras asépticas e incontrovertibles, sino en el criterio aleatorio de unos inspectores destinados por el gobierno autonómico que dirimen «la necesidad de recibir estos tratamientos por la inexistencia o insuficiencia de la atención pedagógica del centro en el que esté escolarizado el alumno». Ante esta superficialidad subjetiva, las familias han reaccionado con lógico estupor denunciando el abandono en el que se quedan sus hijos, la carencia de recursos por parte de los colegios y la dificultad de tratar estos problemas sin ayuda institucional. A pesar del fatuo discurso solidario que exhiben Puig y Oltra, la realidad es que el gobierno valenciano cada vez descuida más los asuntos sociales.

Problemas que han quedado reducidos a meros reclamos para los discursos políticos y la propaganda electoral. A medida que han desarrollado su mandato, PSOE y Compromís han hecho lo mismo que reprochaban al Partido Popular cuando estaba en el poder. De hecho, tal ha sido el fracaso gestor, que unas elecciones autonómicas anticipadas serían lo único que podría salvar a los valencianos de un ejecutivo de cartón piedra que hace todo lo contrario a lo que pregona y donde han mirado para otro lado en casos de presunta corrupción como el del presidente de la Diputación, Jorge Rodríguez. No obstante, para que consumaran dicha convocatoria haría falta altura de miras. Algo que, a tenor de lo que han hecho Puig y Oltra con las becas de los niños, brilla por su ausencia en la Comunidad Valenciana.

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