La URSS, contra S’ha Acabat!
![S'ha Acabat](https://okdiario.com/img/2025/02/13/opinion-sergio-fidalgo-interior-18-635x358.jpg)
Servidor, como el replicante de Blade Runner, ha visto cosas que ustedes nunca creerían, o han querido olvidar. He visto a honrados comerciantes con lazos amarillos en todos sus ojales metiéndose en una jaula para sentirse como Oriol Junqueras. He visto a honestos padres de familia disfrazarse de plátano o de Pikachu para votar en unas elecciones autonómicas. He visto como en TV3 emitían un reportaje sobre el lanzamiento de un clic de Playmobil con una estelada al espacio –no es coña, fue real– que fracasó y se perdió. He visto a centenares de personas siguiendo a un tipo que se iba con un megáfono a las afueras de la prisión de Lledoners para gritar cada noche «bona nit» a los golpistas secesionistas allí encerrados.
Pero reconozco que no me esperaba que unos imberbes nostálgicos de la URSS, bandera soviética en ristre, fueran a reventar un acto de S’ha Acabat!. Los socios de esta asociación juvenil constitucionalista han sufrido escraches a golpe de estelada, separatistas radicales han quemado o destrozado banderas de España delante suyo, les han reventado sus carpas y les han insultado una y otra vez. Pero que una docena de frikis enarbolaran una bandera soviética mientras cantaban «fuera fascistas de la universidad» me impactó. Será por lo demodé, o porque los que la portaban tenían más pinta de ser socios de un fumadero de porros que de formar parte de un soviet.
Si Stalin levantara la cabeza posiblemente mandaría a un gulag a los que intentaron escrachar el coloquio que S’ha Acabat! organizó este martes en la Universidad Pompeu Fabra. El padrecito Josef habría considerado a esa docena de estudiantes con bandera soviética unos pijos que se aburren y los habría mandado a alguna mina siberiana para ayudar a la causa de la revolución proletaria. Por suerte, para ellos no viven en la URSS del PCUS, sino en la España democrática regida por la Constitución de 1978. Por mucho que estos radicales de salón digan que en nuestro país rige el autoritarismo, tienen legiones de abogados muy progresistas que aprovechan el muy garantista sistema legal español.
Al acto, un coloquio sobre libertad de prensa, asistieron muchos políticos que son tachados de fascistas por estos antifascistas de salón que se dedican a pisotear la libertad de expresión de los que no piensan como ellos: Alejandro Fernández, Manuel Acosta, Julia Calvet, Daniel Sirera, Gonzalo de Oro, Pau Ferran y Cristian Escribano. Y los ponentes eran los periodistas Xavier Rius, Albert Soler y servidor de ustedes. Todos nosotros vimos la charlotada separatista y prosoviética con más risa que miedo, porque la situación fue ridícula. Pero todos recordamos que gente muy parecida a los que nos gritaban «¡pim, pam, pum, que no quede ni uno!» habían intentado linchar, no hace demasiado tiempo, a políticos de PP, Vox o Ciudadanos. Y que esa misma mañana otros radicales, en esa misma universidad, habían destrozado una bandera nacional ante el aplauso de jóvenes de varias asociaciones estudiantiles.
Por mucho que la deriva patética del separatismo les haya llevado a situaciones esperpénticas, su alma autoritaria no ha variado. Su voluntad de acallar al discrepante sigue muy viva. Ahora van menos radicales a sus escraches, pero los siguen organizando, y siempre amparados por una telaraña tupida de asociaciones, sindicatos, medios de comunicación y partidos políticos. Por suerte para nosotros el que sufrimos el martes en el acto de S’ha Acabat! fue una intentona patética en la que solo destacó la bandera soviética que la presidía. Pero ninguna carpa de Vox, ninguna sede del PP, ningún acto de S’ha Acabat está libre de amenazas. Ahí están, vigilándonos y esperando la oportunidad para intentar vulnerar nuestros derechos civiles.
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- Independentismo catalán