Otro baño de realidad a Pedro Sánchez
Que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya sido recibido entre abucheos e insultos en Don Benito no es nuevo, pero lo ocurrido es el retrato de un país que no pierde la perspectiva y muestra su indignación con la calamitosa gestión de un Ejecutivo que no puede esconderse tras los ecos de la crisis sin precedentes del PP. Y ese es, sin duda, el reproche más grave que cabe hacerle al principal partido de la oposición: haber perdido el norte y no entender que lo fundamental era combatir al socialcomunismo, en lugar de darle inmerecidos balones de oxígeno despellejándose de forma inclemente.
La calle no ha cambiado para Sánchez, recibido por decenas de ganaderos y agricultores que expresaron su indignación con una sonora protesta que obligó a intervenir con contundencia a la Policía. La situación del campo extremeño es desesperada, límite, pero el Ejecutivo sigue subido a lomos de la propaganda y el marketing, haciendo oídos sordos a las justas reivindicaciones de un sector abandonado a su suerte. Nunca está justificada la violencia, pero sí la indignación de los agricultores y ganaderos.
Sánchez ha visitado las localidades de Don Benito y Villanueva de la Serena para reunirse con las corporaciones locales y sus alcaldes, tras la consulta popular celebrada este pasado domingo en la que se dio luz verde a la fusión de ambos municipios. Tal vez pensaba que su visita, esta vez, sería diferente porque los focos estaban puestos en la crisis del PP, en la calle Génova. Pero en Don Benito también hay calles, que han vuelto a darle a Sánchez un baño de realidad.
Pedro Sánchez acumula sonoros reproches allá por donde va. Y quienes los hacen no son políticos, sino gente harta de comprobar cómo las promesas del Gobierno socialcomunista jamás se cumplen y siempre pasan de largo. Como el presidente del Gobierno
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