Otra sectaria en la corte de Sánchez

Otra sectaria en la corte de Sánchez

La nueva delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, sanchista de hondas raíces, ha decidido entrar en campaña y sumarse con mentiras a la campaña socialcomunista contra Vox. Ha afirmado que en los actos de precampaña con motivo de los próximos comicios del 4 de mayo «no se están cumpliendo las medidas sanitarias» de distanciamiento social requeridas por la pandemia de la Covid-19. Si tan tiquismiquis se pone Mercedes González a la hora de analizar los mítines de Vox, ¿por qué no dijo nada cuando Pablo Iglesias y el resto de candidatos de Podemos se presentaron sin mascarilla y sin guardar la distancia social? González, tan comprensiva entonces con sus socios, carga ahora contra la formación de Abascal sin aportar ninguna prueba. Será porque tiene que hacer méritos ante su jefe o será porque sufre miopía ideológica, pero lo cierto es que la delegada del Gobierno ha decidido entrar en campaña con unas declaraciones en las que compara a Rocío Monasterio con Donald Trump.

Dice Mercedes González que el hecho de que Vox haya pedido su comparecencia en el Congreso y cuestionado su capacidad para ser delegada se debe a que «soy mujer». Por ser mujer, no; por ser una sectaria, como ha quedado acreditado al arremeter contra una formación política a la que ha acusado sin ningún fundamento de incumplir las normas sanitarias cuando otra formación política, Podemos, incumplió nítidamente las normas sanitarias y miró para otro lado.

La delegada del Gobierno en Madrid ha quedado retratada a las primeras de cambio. Su papel -por la que la pagamos- no es el de fiel servidora de Sánchez, sino de los madrileños. Y si no lo entiende será porque Vox tenía razón al dudar de su capacidad para desempeñar el cargo. No por ser mujer, sino por su parcialidad manifiesta y su falta evidente de objetividad. Mercedes González se ha coronado nada más llegar: si se atreve, que le diga a Pablo Iglesias y sus compañeros de candidatura que se pongan la mascarilla y guarden la distancia social. Venga, Mercedes.

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