OTAN: villano utilizando la cumbre del mundo libre para tapar su indecencia

Durante 40 años, el franquismo aisló a España del mundo libre (con la excepción hecha del entendimiento con EEUU y las bases de utilización conjunta) y Sánchez, a nada que dure su mandato, tiene todas las papeletas para superar en el plano internacional el régimen anterior.
La ausencia de cualquier componente ético, su peligrosa deriva presidencialista/autoritaria, la capacidad rupturista que le acompaña también lo aplica al complejo mundo de las relaciones internacionales.
Afortunadamente, lleva ya siete años representando a España y, a estas alturas, ya le tienen tomada la medida por el ancho mundo. Saben que es un jefe de gobierno que está instalado en la corrupción familiar (con todo lo que ello supone en el mundo anglosajón con vitola protestante) y que se diferencia poco de otros mandatarios extremistas.
La guinda en el engaño ha sido la reciente cumbre OTAN. Por un lado, ha querido confundir a los españoles y socios domésticos afirmando sin despeinarse (en esta materia es un auténtico maestro) que su listón en el gasto defensivo es del 2,1% del PIB; por otro, engañar a los socios del Atlántico Norte, subrayando que está dispuesto a llegar al 5%. ¡Un crack este Sánchez!
Pero desde Trump a Rutte, pasando por Meloni y el resto de mandatarios, han descubierto su juego hasta el punto que la gran prensa libre del mundo le ha situado en el epicentro de la trapacería: un villano inexportable, han sentenciado desde The Telegraph al Financial Times.
¿Acaso este hombre está tan enfermo que le resulta metafísicamente imposible decir una verdad en su vida, incluso cuando está en juego el prestigio del país al que representa?
Todos sus colegas (31 jefes de Estado y de gobierno) están al cabo de la calle de que Sánchez ha utilizado la magna reunión occidental para consumo interno, esto es, tapar con su atrabiliaria postura en la cumbre para desviar los graves asuntos de corrupción que le acompañan en los actuales momentos y que le perseguirán mientras viva. No tienen un pase. Como no lo tiene el esfuerzo de su equipo de opinión sincronizada (bien engrasado con dinero público) que miente, manipula y confunde sin descanso.
A los millones de españoles que aspiran a mandar a su todavía presidente de gobierno al averno, se unen ahora los dirigentes limpios del mundo libre (no hay nadie entre ellos tan parecido a Trump que Sánchez) para los que el primer ministro español se ha convertido en «un problema».
En efecto. Un gran problema.