Oramas a Sánchez: “Con usted no hay futuro”

Ana Oramas
Ana Oramas

Uno de los mejores discursos de la debacle de la nación fue, sin duda, el de Ana Oramas (Coalición Canaria). Dejó mudo al felón Sánchez y le fastidió las vacaciones: “Sr. Presidente, escuchándole ayer, mucha gente ha podido pensar que estaba poseído por el espíritu de Pablo Iglesias… y que se había trasmutado en otro líder vacuo de un partido de la extrema izquierda, pero no, sigue siendo el mismo político que está dispuesto a hacer lo que sea, para sobrevivir. Su discurso ha sido decepcionante. No ha propuesto ni una sola medida para combatir la inflación ni ha dicho nada que sirva para mejorar la vida de los ciudadanos españoles… Cuanto propone desde el populismo, traerá más empobrecimiento al país. No ha propuesto ni una sola medida para solucionar la vida del autónomo al que se le ha duplicado la factura de la luz, ni ha dado ninguna solución a las familias que ya no aguantan el incremento de los precios de la cesta de la compra”. Sánchez puso cara de piedra, bajó la mirada, dejó en stand by su falso triunfalismo y aguantó el chaparrón de críticas que la canaria desataría sobre el hemiciclo.

Oramas estuvo enorme y le soltó al farsante lo que muchos esperaban que alguien hiciera: “Usted no le ha dicho nada a los transportistas, a los taxistas, a las pymes, a los autónomos todos, al personal, ni a los de las auto escuelas… ¿Qué es lo que ha dicho realmente? Que el gobierno le va a cobrar a los bancos, y a las eléctricas, los próximos dos años, nuevos impuestos. ¿Y eso qué tiene que ver con arreglar la vida de la gente, hoy? ¿Cree usted que dándole 100 euros a los becarios tres meses, y poniendo algunos trenes gratis tres meses, está arreglando el desastre que se vive en España? Por cierto, ¿sabe usted que en Canarias no hay trenes? ¿Va a pagar el 100 por 100 de las guaguas interurbanas en Canarias y el tranvía Santa Cruz-Laguna? Porque, Sr. Sánchez, esas son nuestras cercanías. Lo que veo todos los días en la calle, lo que percibo con la gente con la que hablo, es que con usted no hay futuro. Ahí fuera, hay una España muy real, donde la gente no puede más”. El zafio dudó entre apretar los labios o rascarse la nuca. Quien nace obtuso, sufre recaídas.

El final de su brava intervención fue en defensa de su tierra y Oramas, mientras Sánchez cabeceaba como un cebú, entró a matar. “Las familias se están empobreciendo, los precios se han disparado, las empresas y los autónomos están hartos de pagar impuestos, y de asumir los costes de una energía disparatada… Los pensionistas, apenas pueden afrontar los gastos de alimentación y de alquiler… En Canarias, que depende de las importaciones, el costo de la vida se ha vuelto insoportable, el riesgo de pobreza afecta ya a 4 de cada 10 personas. La inflación ha destrozado a las clases medias y los sobrecostos amenazan la existencia de las pequeñas empresas y miles de autónomos.

Eso sí, la recaudación fiscal está batiendo récords. Los gobiernos cada vez ingresan más y las familias son cada vez más pobres. El mundo, al revés, Sr. Sánchez. ¿Se acuerda usted, lo que decía en La Palma? ¿Recuerda lo que le prometió su gobierno a los palmeros? Todavía hay cientos de personas viviendo en hoteles y muchos no han podido regresar a sus casas tampoco a causa de los gases. Aún no se han conseguido viviendas dignas para los que la perdieron. Ni siquiera, provisionales. Y los daños causados a la isla por la catástrofe, todavía no se han compensado. Los palmeros han descubierto en carne propia que usted no cumple lo que dice, y cuando hay cámaras de tv, los ministros vienen como moscas a la miel, pero cuando se van, se quedan solos. No me conteste lo que ha hecho. Dígame usted y a todos los palmeros lo que va a hacer en los próximos años… La isla se muere… Los palmeros necesitan certezas”. Sánchez se hizo una foto abrazado a una anciana que había perdido su casa, sin embargo, no le prestó ayuda.

La pasividad del maniquí hizo que Oramas estallara: “Usted le anunció al gobierno de Canarias que nuestras islas estarían presentes en la mesa de negociaciones con Marruecos… ¡Y no están, ha vuelto a incumplir su palabra en un asunto que para Canarias es fundamental! Para usted somos irrelevantes, tan irrelevantes… que ni tan siquiera se nos informó de su radical cambio de posición sobre el Sáhara. ¿Cuáles son sus planes ante una crisis energética y económica que pueda afectar a toda la Unión Europea? Su plan, Sr. Sánchez, es que no tiene plan. Su plan, siempre fue usted. El camino de baldosas amarillas que es su vida política consiste en que es capaz de decir una cosa y hacer la contraria. Y eso, Señoría, le ha convertido en alguien del que nadie se fía.

El mensaje de Moncloa, tras la cumbre de la OTAN, ha sido que Pedro Sánchez se ha convertido en un actor global. Le felicito, no se puede decir mejor. Tiene un pacto de gobierno que es una ficción, porque no están de acuerdo en nada. Tiene un país que está al borde de la quiebra, pero usted cree que las cosas van mejor que nunca. Y considera que se ha logrado un éxito internacional, porque ha invitado a los países de la OTAN y se ha comprometido a gastar un dinero que no tiene. Es usted, realmente, un actor. Lo único que sirve de consuelo es que, a su papel en esta película de terror que es hoy España, le queda poco más de un año, aunque al ritmo de sus desastres, no sé si le podremos aguantar”.

Descomunal discurso de Ana María Oramas, la diputada de Coalición Canaria en el Congreso. Con vibrantes y valientes palabras le bajó los humos al psicópata de la Moncloa. Estoy deseando leer la carta que Oramas le escriba a los españoles dándoles la bienvenida al futuro. Leerla, querrá decir, que ya se puede desparasitar el palacio donde Sánchez nos arruinó la existencia. Un déspota zumbado menos y una España más justa, próspera y unida. El sueño de la mayoría de la gente.

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