Opinión

Moción de censura o mafia

El Partido Popular ha convocado a sus votantes y simpatizantes a una manifestación convocada en la Plaza de España de Madrid este domingo día 8 de junio a las 11:00, bajo el acertadísimo eslogan de «Mafia o democracia». En palabras de su portavoz, Borja Sémper, el PP hace un llamamiento a «todos los españoles, voten a quien voten, a una manifestación pacífica, ordenada pero firme, para decir que esto es insoportable», afirmando que «las cloacas del PSOE están intentando tapar la corrupción que afecta al presidente, a su entorno y al Gobierno». Confían los populares en que asistirán cerca de medio millón de personas, habiendo confirmado ya su presencia los expresidentes Aznar y Rajoy, así como todos sus líderes autonómicos, quienes fletarán autobuses con el objetivo de conseguir una demostración de fuerza y respaldo popular. Pero Feijóo se niega a presentar una moción de censura hasta asegurarse el apoyo de los socios de Sánchez. «Si quieren acabar con esto, que me llamen», ha dicho.

Dos días antes de la manifestación del PP, el viernes 6 de junio, Pedro Sánchez ha convocado la más inútil Conferencia de Presidentes a la que acudirán todos los barones del Partido Popular que presiden 13 de las 19 comunidades y ciudades autónomas españolas. Dice el presidente de Murcia, el popular Fernando López Miras, que «Sánchez ha convocado la Conferencia de Presidentes como una cortina de humo para blanquearse», en relación con todos los escándalos de corrupción que lo tienen enfangado hasta las cejas, además de los cortes de luz y los trenes averiados que provocan su ineficaz gestión, más centrada en enchufar a amigos y «sobrinas» que en el bienestar de todos. Pero aún sabiendo que esta Conferencia de Presidentes no es más que una añagaza de Sánchez para hacerse una fotografía que refuerce su imagen institucional, el Partido Popular se ha prestado a participar en ella, dos días antes de señalar a Sánchez como il capo di tutti capi.

En las circunstancias actuales, resulta completamente incompresible que los de Alberto Núñez Feijóo se sigan negando a presentar la moción de censura que ponga a cada cual en su sitio. Argumentan los populares que son incapaces de reunir los 176 votos necesarios para sacarla adelante y que su fracaso sería utilizado por la extrema izquierda sanchista para poner de manifiesto la soledad del ganador de las pasadas elecciones generales, que sólo contaría con el apoyo de los 33 diputados de Vox, tal y como ya ocurrió en su fracasado intento de investidura de septiembre de 2023. Como en los tiempos de Casado, el PP sigue intentando alejarse de los de Abascal, como si hubiera alguna forma de ocultar que sólo gracias a ellos gobiernan Valencia, Aragón, Castilla y León, Baleares, Murcia, Extremadura y cientos de ayuntamientos repartidos por toda España.

Pero es que, además, las cuentas en el Congreso no están tan claras. Una moción de censura con el único objetivo de convocar elecciones generales de forma inmediata podría salir adelante sólo con la abstención de Junts, o con la de Podemos y el PNV, sin descartar que pudieran votarla a favor cualquiera que tenga más de 4 votos, como ocurre con ERC, Junts, Bildu, PNV y Podemos; o incluso sería suficiente con el voto o la abstención de un puñado de los miembros de En Comú Podem, Compromís o entre los independientes integrados en Sumar. La decencia es una remota posibilidad no descartable ni siquiera entre una extrema izquierda tan sectaria y radical como la española. Como tampoco es imposible que, por puro egoísmo, haya 4 o 5 diputados de entre la amalgama que necesita Pedro Sánchez para sobrevivir, que no quieran verse manchados en unas próximas elecciones generales con toda la inmundicia que salpica al presidente del Gobierno. Hasta que no se cuenten los votos, no se sabe qué va a pasar.

Pero incluso si se pierde, tan claro como tiene el PP que Pedro Sánchez es el capo de la mafia, es necesario que todos se retraten para presentarse a las próximas elecciones con la mancha de haber colaborado con la corrupción o con un expediente que se haya limpiado en el último momento. La moción de censura del PP serviría como poco para distinguir a quienes forman parte de la mafia de los que son demócratas de verdad.