Menos política ficción y más sentido común   

Menos política ficción y más sentido común   

Desde finales de 2015 hasta hace escasas semanas, España ha vivido el que tal vez sea el período electoral más intenso de nuestra por otra parte no muy larga historia democrática. Varias elecciones generales, un año de gobierno en funciones, una moción de censura, un golpe de Estado… Ante semejante escenario, es normal que se haya impuesto en el ambiente una suerte de espíritu febril que propicia los súbitos giros del destino, las acciones contra toda probabilidad.

Pero este tiempo ha pasado. Los próximos años –salvo que Sánchez quiera forzar unas nuevas elecciones generales en otoño– serán tranquilos en lo que a votaciones se refiere. Impera, por tanto, recuperar la normalidad. Y lo que señala el sentido común es que en el Ayuntamiento de Madrid gobierne el centroderecha. El respeto a la voluntad de los madrileños, la lógica natural de las alianzas y el interés general apuntan hacia este camino. Pensemos, por un momento, qué sucedería si Ciudadanos gobernase con el apoyo de Carmena y el PSOE: sería una alcaldía frágil, presa de mil rencillas, supeditada al constante chantaje de comunistas y socialistas, que pelearían entre sí por ver quien marca más la agenda de la alcaldesa.

En el espectro del centroderecha, Almeida ha quedado primero; Villacís, segunda; y Ortega Smith, tercero. Entre ellos tres conforman mayoría absoluta. Entendemos que todavía queda por delante una larga negociación que, como todos los procesos de estas características, contiene inevitables dosis de maximalismo y teatralización para sacar rédito de las posiciones de partida de cada uno. Pero cuando esta fase haya concluido, conviene regresar al punto de partida, es decir, a la voluntad expresa a las urnas, las cuales señalan que Madrid es una ciudad cosmopolita, abierta, con hambre de futuro e inequívocamente orientada hacia el centroderecha. El respeto a dicha voluntad, en el orden en que ha sido expresada, será la garantía de una legislatura larga y fructífera. La lógica indica, por tanto, que C’s debe renunciar a la Alcaldía en favor de Almeida, el más votado del centroderecha.

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