Feijóo se adueña de la calle

Feijóo se adueña de la calle
Feijóo se adueña de la calle
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Una de las cabezas mejor amuebladas de la antigua socialdemocracia española lo ha dicho con nitidez y precisión: “Feijóo se nos está colando hasta la cocina…”. Con su adversario político en fuga permanente, huyendo de los problemas que no es capaz de enfrentar, el campo queda expedito para que el principal partido de la oposición conecte con la gran preocupación de los españoles: la economía. Sin economía no hay nada; sin pan resultan hueros los requiebros en la lira; sin vivere no existe philosophare.

Feijóo y el gran equipo técnico que le asiste han elaborado un plan remitido ya a La Moncloa que en este predio ni siquiera abrirá la primera página. El plan, concienzudamente trabajado, ya ha sido despachado con un rictus de desprecio por los ignorantes y sectarios que habitan el palacio maldito. ¡Pobres españoles! Van a sufrir en sus propias carnes la plaga de unos gobernantes tan estultos como hipócritas. Se les llena la boca hablando de los pobres, viven a su costa como reyes del mambo y demuestran con hechos que les importan tanto como una higa.

El nuevo jefe del Partido Popular sabe, que a pesar de todos los desdenes, está en la estrategia correcta. Mientras a Sánchez le importa colocar en el Consejo General del Poder Judicial -¡cuidado, González Pons, que te la clavan!- a jueces y fiscales que le libren de sus tropelías, el jefe de la oposición va en busca de intentar resolver lo que acucia a más de diez millones de compatriotas que no llegan a fin de mes y su calidad de vida mengua como la luna.

Lo que estamos viendo en la España de Sánchez ya lo sufrimos en la España de Zapatero. Estamos convenientemente avisados. Cuenta Feijóo con una enorme ventaja: su oponente carece de la mínima credibilidad exigible a cualquier primer ministro en ejercicio. Las descalificaciones ideológicas (“ultraderecha”, etc…) es algo que una masa importantísima de ciudadanos ya han descantado y como tal se conducen. Lo veremos en junio en Andalucía. Feijóo puede ir al palco de la final de la Copa del Rey este sábado con toda tranquilidad. Sánchez tiene que inventarse algo para no ser desechado, pitado y vejado por el respetable.

A estas alturas del sanchismo el control de la calle libre y espontánea está en otras manos. La cosa es muy clara, ya que pagamos a Sánchez, ¿ díganos, señor presidente del Gobierno, a cuánto asciende la factura de sus gastos personales? ¡Hasta a él mismo le da sonrojo decirlo!

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