El euro roza la paridad: ¿Panacea exportadora para Europa?
El cambio euro/dólar estadounidense (EUR/USD) está rompiendo 1.04. Después de romper el soporte de 1.05, la mayoría de analistas técnicos pronostican una caída a paridad (1.00). La decisión del Banco Central Europeo de prorrogar su plan de compra de deuda hasta finales de diciembre de 2017 y de la Reserva Federal de subir tipos gradualmente hasta la normalización de los tipos de interés crean las condiciones óptimas, desde la perspectiva macroeconómica, para un euro que cotice igual que el dólar.
En casi todas las clases introductorias a la economía estudiamos que el PIB=Consumo+Inversión+Gasto del Gobierno+(Exportaciones-Importaciones). Si el euro baja con respecto al dólar, nuestros productos serán más baratos que los que estén preciados en dólares. También es verdad que lo que queramos comprar en dólares será más caro para los que usamos el euro. Es razonable asumir que nuestras exportaciones subirán y las importaciones bajarán. Esto resulta, mientras las otras variables sean constantes, en un PIB más alto. Entonces, ¿con esta bajada salimos de la crisis de una vez por todas? Mucho acertarían los economistas si las cosas fueran tan simples. Parece que la caída del euro no se debe tanto a la bajada del euro como a la subida del dólar. Lo sabemos porque comparando, el euro no se ha depreciado o hasta se ha apreciado contra otras divisas y el dólar se ha apreciado contra todas las divisas. Lo cual nos lleva a los peligros de un dólar alto. Muchos países vinculan su divisa al valor del dólar, quiere decir que las fluctuaciones del dólar se ven replicadas en la moneda local. Esta medida mantiene una baja volatilidad en la divisa e impone cierta disciplina en los gobiernos —hay muchas más razones pero nos llevan a complicaciones innecesarias—.
Para mantener este vínculo, los bancos centrales de estos países tienen que comprar y vender su propia moneda contra el dólar continuamente. Cuando compran dólares los invierten en renta fija americana. Si el dólar se aprecia mucho tienen que vender renta fija en dólares de sus reservas y comprar su propia moneda para estabilizarla. El resultado es que se gastan reservas de dinero en comprar una moneda que se está debilitando. Además, al tener que vender tanta renta fija, la renta fija americana baja de valor creando fuertes pérdidas para los bancos centrales. Esas reservas equivalen a oferta de dinero que se está restringiendo. Las condiciones financieras se deterioran y el PIB de estas economías finalmente se ve afectado.
No obstante, la revalorización del dólar trae otra consecuencia económica. Muchos países y compañías de países emergentes han emitido y emiten deuda en dólares americanos. Si el dólar sube, sube el precio a pagar por la deuda. Según datos del Banco Internacional de Pagos —BIS por sus siglas en inglés— la deuda no bancaria acumulada en dólares es de 9.6 billones, más de la mitad de todo el PIB de la Unión Europea. La subida del dólar está creando pérdidas muy fuertes en este tipo de deudas y eso se suma a condiciones financieras más restrictivas en países con moneda vinculada. Esto no sólo son un par de países pequeños en vías de desarrollo que lo van a pasar mal. Esto significa que más del 30% de las exportaciones de la Unión Europea que van a países con alguno de estos dos problemas van a resultar afectados (BCE, 2016). Es difícil prever el efecto neto sobre las exportaciones de estas dos fuerzas contrapuestas —devaluación contra emergentes—. No obstante, la próxima vez que veamos al euro por los suelos, no pensemos que es una salida rápida y cómoda de la crisis.