El escándalo EH Bildu
Ya en abril, algunos de los más finos analistas políticos subrayaron que «Los separatistas impedirán gobernar a Pedro Sánchez». La buena o sucia noticia, según se mire, se ha confirmado. Sánchez está preso de unos socios canallas que hacen con él lo que se les antoja… ¿Quieres poder, zumbado, pelele? Pues vas a tener que tragar etarras por un tubo, porque la condición de ex terrorista no caduca. Pero ni por esas, el déspota no escucha a nadie, e improvisó un Gobierno con delincuentes muy peligrosos. El escándalo EH Bildu le ha reventado la campaña y se va a pegar un bofetón contra las urnas.
Las encuestas solventes hablan de un retroceso de la izquierda en todo el país, donde perderá no pocas autonomías: Aragón, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, La Rioja, Valencia y, quizá, alguna más. Pues de los sondeos delirantes que cocina Tezanos para contentar a su amo en caída libre no hay que fiarse, porque son tal para cual, tramposos. Resumiendo, el títere de la Moncloa se va a estrellar volando en el Super Puma -valga la metáfora- o abrazado a un verdugo de la mala calaña de Otegi.
Sin poder invertir más cash que el que nos sacan con impuestos para idioteces y la compra de traidores, tras saquear las arcas del Estado, al socialcomunismo no le queda otra que desaparecer, pues sin recursos no ven posibilidad alguna de activar su vomitiva propaganda. El sanchismo trajo la ruina y sus economistas de tres al cuarto, la miseria. Menos mal que el 28M se irán a tomar vientos y el gran farsante se llevará un susto de muerte, que ni él intuye. La recuperación económica será posible a partir de que este pájaro de mal agüero abandone La Moncloa, palacio que hoy nos recuerda la cueva de Alí Babá.
El portavoz de EH Bildu en el Congreso, Oskar Matute, ha dado su palabra de que no aceptará el cargo, en caso de que la alianza salga elegida. La parlamentaria Eva Blanco; el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez y el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, también se han apuntado a la engañifa. La farsa, detectada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha recibido inmediata respuesta: «No te puedes fiar de la palabra de un asesino». La infame ETA está viva, y en el poder por deseo de Sánchez, y recauda más que con el impuesto revolucionario. Ayuso sabe que son bichos dañinos, que no se arrepienten de nada y los trata con la firmeza que merecen.
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