La derecha, si es más tonta, nace oveja

La derecha, si es más tonta, nace oveja

Los secesionistas sí fueron a votar. Los españoles se quedaron mayoritariamente en casa. Sobre todo los votantes del PP.  El peor resultado en el peor momento de la Historia de España. Sólo el correo ha paliado que el virus de la abstención haya infectado del todo estas dramáticas elecciones. Como en el cómico corrido de Pancho Villa, lo que tenía que pasar, pasó. La mitad de la región se quedó en casa. Sobre todo la de las gentes a los que aún no les asusta la bandera de España en Cataluña. Los separatistas pueden volver a ostentar todo el poder si Illa, que ha ganado en votos, no se hace con la Generalitat porque en estas elecciones sus rivales han sido han sido más. Y -lo ha dicho Laura Borrás- ellos quieren declarar la independencia. Otra cosa es el cómo.

El vuelo que ha pagado Sánchez para Illa, que ha tenido un enorme resultado, se puede quedar a punto de cumplir con sus aspiraciones de subir al trono de San Jordi, si ERC tira más a la secesión que a la izquierda En pura hipótesis, y sin sumar, podría apoyarse en los llamados constitucionalistas; estos sin embargo no han dado para más. Vox le ha comido -era de esperar tal y como ha transcurrido la campaña- la merienda a los populares. Los alegres muchachos de Abascal, tan apedreados durante esta última quincena, se han embolsado, parece, los restos más queridos, los más españolistas, para que decirlo de otra forma, del partido de Casado que, desde luego, no ha gozado este domingo del mejor día de su vida política. Para el PP es un desastre sin paliativos, hasta el punto de que el buen candidato que ha sido Alejandro Fernández no ha podido descontaminarse del horrendo papel representado por su partido de Madrid. Una campaña sin relato, declaraciones parece que inoportunas sobre la gobernación de Rajoy en 2017, y desde luego la ‘pinza’ entre Sánchez y Abascal, tan festejada en las televisiones más o menos oficiales, son, de entrada y sin entrar en otros detalles, las razones nucleares del trágico resultado colectado por el PP,

La pregunta que ya está en la propia calle es si estos datos pueden ser transbordados al resto de España. ¿Ha arrebatado Vox la primogenitura de la derecha al Partido Popular? Son tantas las ocasiones en las que hemos dado por muerto a este partido que quizá merece la duda y sobre todo conmiseración en estas horas. Una vez pareció que Ciudadanos estaba a punto de arrebatarle la cabeza, y fíjense en qué se ha quedado ya el partido de Arrimadas, la vencedora hace cuatro años. Por tanto, prudencia al respecto.

Pero por encima y por debajo del drama popular es más importante conocer cuál es el escenario que se ha montado en Cataluña. Que nadie se fije en las promesas de campaña porque éstas, como sucede siempre por otra parte, se quedan en la realidad para vestir santos, para nada. Por tanto, no hay solo escenario, hay por lo menos dos. Lo lógico es que los secesionistas aparcaran sus odios y se pusieran de acuerdo para gobernar un país que les ha dado la mayoría cualitativa. Esquerra odia a Junts y Junts aborrece todo lo que puede a Junqueras. Ahora bien, no es que la política haga extraños compañeros de cama, sino que el centro de sus ocupaciones es la independencia. Nada más conocer los primeros porcentajes de las muestras, Esquerra ya anunció con total solemnidad, que todos deberíamos tomar nota de esta verdad demoscópica: los secesionistas son más que los constitucionalistas. En el trance de decidir por unos u otros, la CUP apoyaría a los independentistas.

La segunda posibilidad también abierta es un tripartito encabezado por Salvador Illa. Nadie haga caso ni de sus promesas de pactar con los separatistas; eso ya no vale para nada. A Sánchez no le importa nada quién es su compañero de viaje, ni qué tiene que ofrecerle a cambio de sus escaños. Él ya ganó este domingo y no tiene la menor intención de abandonar su victoria, de echarla al cubo de la basura, Al final, fíjense la paradoja: la única esperanza, debilísima, para los españoles en Cataluña, es que pueda gobernar Salvador Illa. Esto es lo que ha quedado de España en el Principado. La derecha unionista, peleados entre ellos como gamberros, ha dejado expedito el camino a los barreneros. Si es más tonta nace oveja. Aunque Vox se haya venido arriba a costa de la torpeza (tiene que hacérselo mirar) del PP.

Lo último en Opinión

Últimas noticias