Crónica de una traición

Crónica de una traición

El vicesecretario general de Cs, Carlos Cuadrado, con pleno conocimiento de Inés Arrimadas, urdió el plan de amplio espectro con el que pretendía arrojar al PP de Gobierno regional de Murcia.

El esquema de mociones de censura diseñado por Carlos Cuadrado, número 2 de Ciudadanos, empezaba en Murcia, pero era extensible al resto de feudos gobernados en alianza por el Partido Popular y Ciudadanos. Por supuesto, el PSOE -La Moncloa, concretamente- estaba al tanto. Los socialistas, conscientes del descontento en Murcia de los diputados naranjas, lanzaron el guiño a Ciudadanos que, seducido por una oferta que iba más allá de la Comunidad murciana, empezó a soñar con una estrategia de ancho alcance que les permitiera recomponer su maltrecha situación. Hace casi un mes, Cuadrado llamó a Ignacio Aguado, a quien le ofreció simultanear el plan de censura contra el presidente de Murcia, López Miras, con el derribo político en Madrid de Díaz Ayuso. Ahora, Aguado se pasea por las televisiones acusando a la presidenta madrileña de traición, pero no podrá negar que sabía lo que se estaba tramando, si bien expresó su temor al fracaso de la estrategia. De hecho, las reticencias de Aguado propiciaron que Murcia se adelantase y lanzase la moción de censura sin esperar al resto de territorios.
Fuentes internas de Ciudadanos han confirmado a OKDIARIO las llamadas efectuadas por Carlos Cuadrado, si bien matizan que «Carlos Cuadrado no llegó a comunicar a Inés Arrimadas la magnitud del plan, restringiendo la información única y exclusivamente a la moción de censura que se preparaba en Murcia. De hecho, Cuadrado garantizó a Inés Arrimadas que el derrocamiento del pacto de Gobierno en Murcia no iba a provocar un terremoto en el Gobierno madrileño». En todo caso, Arrimadas sabía que el plan empezaba en Murcia, pero que tenía más escalas. Además, no comunicó a su Ejecutiva la moción de censura de la mano del PSOE para desbancar a Fernando López Miras.

Esta es la crónica de una traición que ha demostrado la bisoñez política de Arrimadas, la torpe ambición  de su vicesecretario general, Carlos Cuadrado, y la hipocresía de Ignacio Aguado, que fue informado del plan y ahora va de víctima por los platós de televisión. Y detrás, la mano del PSOE, que ha utilizado a Cs como tonto útil de una operación de derribo del PP para mayor gloria de Pedro Sánchez.

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