La Constitución: nuestra puteada “Reina Roja”

La Constitución: nuestra puteada “Reina Roja”
  • Teresa Giménez Barbat
  • Escritora y política. Miembro fundador de Ciutadans de Catalunya, asociación cívica que dio origen al partido político Ciudadanos. Ex eurodiputada por UPyD. Escribo sobre política nacional e internacional.

En la novela de Lewis Carroll Alicia a través del espejo los habitantes del país de la Reina Roja deben correr lo más rápido que puedan sólo para permanecer donde están. Es una imagen perfecta para una situación enquistada que vivimos aquí: los constitucionalistas españoles se ven obligados a estar siempre en vilo porque las fuerzas regresivas y centrifugadoras de los nacionalismos y de la izquierda (el PSOE, especialmente el de Sánchez, como gran responsable) no permiten que tenga un momento de reposo. No estoy hablando de una hipotética voluntad de mejorarla, pulirla o ponerla al día. Ya saben que no.

 Así esta semana, ERC, Bildu y otros partidos nacionalistas, han sacado la artillería contra la Carta Magna atribuyéndole precisamente aquello que forma parte de su propia naturaleza. Herederos de Eta y para-golpistas osan declarar que nuestra Constitución «violenta derechos democráticos». Dicen, sin mirar las formidables vigas de sus ojos, que está «agotada» y «deslegitimada». Son partidos firmantes de la Declaración de la Llotja de Mar que el 25 de octubre de 2019, en Barcelona, en favor de la «autodeterminación» y de la liberación de los «presos políticos».  ERC, Bildu, Junts, CUP, BNG, Més per Mallorcay Més per Menorca. Algunos de ellos socios del gobierno de Sánchez.

 El concepto ‘Reina Roja’ en biología evolutiva se justifica en que “la mejora continua es necesaria para solo mantener su ajuste a los sistemas con los que está coevolucionando”. Ah, pero la Reina Roja de la Constitución no coevoluciona porque las fuerzas ciegas de la naturaleza esquiven la muerte y la desaparición. Aquí las fuerzas no tienen nada de ciegas (aunque mucho de descerebradas), son intencionadas y buscan la destrucción.

 Vemos que, sobre la lengua española, la Constitución dice: «Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla» (art. 3.1). Pero en una gran parte de España se niega este derecho y este deber por parte de gobiernos locales que dictan las políticas en Enseñanza. ¿Hacía falta que la sentencia del Tribunal Supremo dictaminase al menos un 25% de clases en español en Cataluña cuando existe un artículo de la Constitución que es meridianamente claro en su ámbito?

¡Pobre Constitución! Desde que se puso en marcha su texto se ha ido desvirtuando por unos y por otros hasta poner en peligro su propio significado.  Como dice Santiago Trancón: “nos han ido metiendo en el lodazal semántico e ideológico del independentismo y el separatismo, que lo contamina todo, sin cuestionar sus falacias y aceptando sus premisas y su lenguaje trilero”. Según el autor, en algunos artículos de la Constitución salta a la vista que su sentido es incompatible con muchas de las interpretaciones que han ido haciendo los tribunales. La Reina Roja de la Constitución ha de correr porque se va escribiendo una “constitución paralela” que busca sustituir el texto que votamos la gran mayoría por algo que empezamos a no reconocer.

Y cuando los tribunales simplemente dictaminan lo obvio, esto causa lamentables situaciones a muchos ciudadanos en Cataluña que ven cómo se vulneran gravemente los derechos de los menores y de sus familias. Demasiados años de impunidad llevan a que la portavoz del Govern, en esta semana de la Constitución, trate de eludir la pregunta de una periodista sobre las amenazas que ha sufrido una familia de Canet que exigió oficialmente ese modesto 25% de clases en español para su hijo. Aunque es un tema que ha ocupado titulares en diversos medios de comunicación, Patricia Plaja se excusó al principio con que no tenía “conocimiento de las mismas” para más adelante señalar con dedo acusica a la familia del pobre niño. Una vez más hay que dar las gracias a las asociaciones y los “incansables” como Gloria Lago, Ana Losada y muchos más que no va a permitir que sigan saliéndose con la suya.

No hay que aflojar ni un segundo.

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