Una coalición de chupópteros

De continuar el saqueo que, con una puntualidad aterradora, practica este Gobierno de sablistas, no estaría de más que sus viles maniobras se dieran a conocer a cuantos cotizan a la Seguridad Social, a ver si así, al menos, le toca al vulgo el reintegro en el sorteo de la igualdad de oportunidades. Sánchez, noble improvisado, plebeyo endiosado, de frágil inteligencia, a la que suple con el vicio de mentirnos a toda hora, gobierna despótica y arbitrariamente desde que se hizo con el poder por carambola y se enrocó en Moncloa. A partir de entonces, no hemos tenido otro remedio que soportar sus abusos y tragarnos cada una de sus esquizofrénicas imposiciones para desestabilizar el Estado. Cuanto hace y deshace este patán, merece figurar en párrafo aparte y en los anales de la infamia.
Indultó a golpistas que ahora intentan cargarse la lengua de la nación española, atenta contra la división de poderes, se chotea de nuestra Constitución, ningunea al Rey siempre que puede, desprestigia a las bravas fuerzas del orden y rifa promesas entre los damnificados de La Palma. Que, por supuesto, no cumple. Juró que el precio de la luz volvería a ser el de 2018 y lo ha disparado un 516%. No atiende las necesidades del sanitario, del agricultor, del camionero, ni las de los pensionistas. Anda atareado inventando nuevos impuestos para freír al autónomo y oculta la ruina en la que nos ha metido una coalición de chupópteros. A Sánchez, un gafe de Guinnees Wolrd Records, por si fuera poco, le ha mirado un tuerto.
Y qué decir de esos parias -hoy nuevos ricos- que ha alquilado, como compró a los proetarras de Bildu y a los separatistas catalanes, para asegurarse el poder. Menudo pelotón de inútiles, menuda sarta de chorizos. Y la cuchipandi autoproclamándose la izquierda caviar, sin distinguir gulas de angulas. El plebeyismo millonario de Irene, Ione y Yolanda, la esperanza de la raza, una atea que halló el éxtasis frente a un Papa peronista. A los hijos de Podemos que se resisten a usar la palabra dictadura para definir a Cuba y Venezuela, les aporto una reflexión del sabio Escohotado, que tenía las ideas bien claras: «Es muy fácil ser comunista en un país libre: lo difícil es ser libre en un país comunista».
De perpetuarse la corrupción que preside Sánchez, ya consolidada y gozando de excelente salud, tendremos tirano para rato, es decir, menos libertad, mucha más ruina y totalitarismo a raudales. Sólo unas nuevas elecciones nos sacarán de pobres y nos devolverán los derechos perdidos. Felices tristes fiestas.