Opinión

‘Carles I’, emperador de los ‘Països Catalans’

Todos dais por seguro que lo que el golpista Puigdemont le va a exigir a Pedro Sánchez a cambio de permitirle seguir cuatro años más a bordo del Falcon, va a ser la amnistía y un referéndum de autodeterminación. Pero eso es porque sois muy jóvenes y no conocéis bien a este nazionalista catalán de extrema derecha, fugado a Waterloo. Lo primero que va a exigir será ser investido como emperador de los Països Catalans, en una ceremonia que tendrá lugar en el Palacio Real Mayor de Barcelona, en el centro del barrio gótico, en la plaza del Rey; edificio que posteriormente tendrá que ser restaurado y ampliado a cargo del erario español, añadiéndole las instalaciones de la catedral gótica de Barcelona, que está al lado, así como las del vecino Museo de Historia de Barcelona (Muhba); para conformar la que será una residencia digna del honorable emperador Carles I y su descendencia.

Al acto de coronación deberán asistir los reyes de todas las monarquías europeas, africanas y asiáticas, así como los presidentes de las repúblicas más importantes. Será inexcusable la presencia de Carlos III del Reino Unido, Guillermo de Holanda, Felipe de Bélgica, Margarita II de Dinamarca, Carlos Gustavo de Suecia, Harald de Noruega y, por supuesto, el emperador Naruhito. Así como Joe Biden, Emmanuel Macron, Justin Trudeau y el alemán Frank-Walter Steinmeier. Los reyes de España, Felipe VI y Letizia deberán acudir con un capirote de penitentes, descalzos, en actitud humilde y sumisa. El evento será aprovechado para el reconocimiento internacional de los nuevos Països Catalans, en los que se unirán Cataluña, la Comunidad Valenciana, Baleares, la comarca francesa de Occitania, Andorra, las tres provincias aragonesas; y por último un par de islas del caribe, que podrían ser las antillanas San Cristóbal y Nieves que, como todo el mundo sabe, pertenecen en propiedad al emperador de los Països Catalans, en herencia perpetua del catalán Cristóbal Colón.

Esto sólo para empezar. Por supuesto, habrá más exigencias. Si Sánchez quiere seguir siendo presidente, tendrá que nombrar vicepresidenta de su gobierno a la periodista rumana Marcela Topor, la emperadora consorte, que además tendrá que ser coronada Miss España y Miss Universo para los próximos 85 años. El ministro de Economía de Sánchez deberá ser Jordi Turull y al frente de Hacienda habrá de ser nombrada Laura Borràs, ambos con plenos poderes de disposición presupuestaria presente y futura. La enseñanza pública y privada, desde las escuelas infantiles a la universidad en toda España deberá impartirse exclusivamente en catalán. Todos los funcionarios deberán acreditar como mínimo el nivel C2 de catalán, que será el único idioma con el que se podrá atender a los ciudadanos de toda España.

Y por supuesto, las televisiones públicas y privadas de toda España, así como todas las emisoras de radio, emitirán las 24 horas en catalán. La prensa escrita y digital, deberá editarse sólo en catalán. El Barça deberá ser proclamado eterno campeón de la liga, de la copa del rey, que pasará a denominarse copa del emperador de los Països Catalans, de la Champions League y de la NBA, en un compromiso irrevocable que deberá firmar en persona Florentino Pérez. Quedarán prohibidos el gazpacho, la tortilla de patatas, las bravas, los callos y el cocido madrileño y deberemos comer a diario pantumaca, sobrasada, calçot y los domingos paella catalana; con pena de prisión de 6 años y un día para todo el que incumpla tan sana dieta. Y en todo el mundo, los restaurantes McDonald’s serán renombrados como McCarle’s y los Burger King pasarán a llamarse Burger Emperador Puigdemont. A partir de aquí se podrá empezar a negociar con Junts a ver qué es lo que nos quieren sacar.