Venenoso es un Gobierno que quiere amordazar a la prensa

Venenoso es un Gobierno que quiere amordazar a la prensa

La calidad democrática de un país se mide por el grado de libertad con el que informan sus medios de comunicación. La Moncloa se equivoca gravemente al tratar de amordazar a OKDIARIO. Más cuando recurren al reduccionismo de la intimidación y los insultos. Palabras como «veneno», «basura» y «vergüenza periodística» como forma de definir este proyecto hablan por sí solas del nivel de nerviosismo de la institución. Impropio, en fondo y forma, del Ejecutivo de un país tan importante como España. Este proyecto concita el esfuerzo y la dedicación de decenas de profesionales que con su desempeño y esfuerzo diario demuestran estar muy alejados de esa desafortunada concatenación de ataques. Informar del error de protocolo de Pedro Sánchez y su mujer, Begoña Gómez, supone cumplir con la obligación y el compromiso que unen a esta cabecera para con sus lectores.

El único responsable del error del presidente del Gobierno es el propio presidente del Gobierno, por mucho que Moncloa —en un día poco afortunado— haya tratado de cargar la responsabilidad a la Casa del Rey de que Sánchez usurpara el lugar de Felipe VI en el besamanos. Ni OKDIARIO, que lo ha publicado primero, ni los numerosos medios que se han hecho eco después —aperturas de telediarios incluidas— tienen nada que ver. Si algo interesa a la opinión pública, ha de transmitirse. No obstante, empieza a ser inquietante la insistencia de este Gobierno a la hora de poner en jaque la libertad de expresión.

Por un lado, intentan controlar la información que se publica durante los procesos electorales. Con la excusa de «proteger» a los ciudadanos de las injerencias y contaminaciones que llegan del extranjero, pretenden seleccionar qué se publica y qué no durante fechas donde la ciudadanía tiene que estar más informada que nunca. Por otra parte, han propuesto recuperar el Consejo Estatal de los Medios Audiovisuales (CEMA) para el control y la regulación de los medios de comunicación públicos y privados. El problema del actual Ejecutivo no son los periodistas ni los medios para los que trabajan. El problema es que su presidente ha plagiado su tesis doctoral, que tienen dos ministros dimitidos y una reprobada, que Pedro Duque usa sociedades instrumentales y que Isabel Celaá juega al ocultismo fiscal con sus posesiones. Quizá, con un equipo de Gobierno más ejemplar, no tendrían que estar tan preocupados por OKDIARIO.

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