Opinión

¡15.000 mociones de censura!

  • Carla de la Lá
  • Escritora, periodista y profesora de la Universidad San Pablo CEU. Directora de la agencia Globe Comunicación en Madrid. Escribo sobre política y estilo de vida.

No una. Una a la semana. Hasta que salte como confeti de bellos colores este gobierno del asalto a las instituciones, de la justicia de compra, alquiler y leasing, de la integridad «fluida», de la envidia consentida y ensalzada, de la farsa, de la superioridad moral de Barrio Sésamo, de la ruina económica, de la mentira constante, de la psicopatada, la negligencia y sobre todo, para mí, lo peor, de los cursis.

Hoy, ¡viva la plaza de don Víctor Gonzalo de Aldama Delgado! (tiroteado ¿recuerdan? y amenazado en prisión), comienza el tiempo de descuento para este guirigay, ¿qué vamos a hacer sin ellos? Para las memeces de las ministris y los pezones de Belarra. Yolanda Palabritas que ponga sus mechas a remojar.

Y volverá el PP, pero que no se engañe porque su triunfo azulado no tiene que ver con sus atributos, ni con sus valores políticos ni personales. A Feijóo no lo han votado los españoles ni lo harán. Lo que sí han deseado los españoles, azulados de cianosis, es la derrota del régimen sanchista y el Ministerio Jolines, con su troupe de etarras, malversadores, violadores y pederastas sueltos, a pesar de las paguitas, los cheques juveniles, las rogatorias y las zalamerías taimadas de toda catadura.

¡Ay Sánchez! Ha conseguido lo que pocos villanos, caernos mal a los españoles. Miren, a mí es muy difícil caerme mal. Soy demasiado relativista, siempre consciente y pendiente de las fisuras propias, más que de las ajenas, una devota del principio protestante de que malos somos todos, horribles, defectuosos por los cuatro costados, interesados, egoístas, menesterosos, falibles…

Bajo esa máxima, en la que he meditado largo y tendido, procuro no enfadarme con nadie y al mismo tiempo no devaluar a los demás en mi cabeza y mi afecto, hagan lo que hagan… Pero Pit Sánchez… ¿Queda algún español medianamente sobrio y formado que no sepa que Sánchez es paradigma perfecto de hipocresía en su categoría más grosera? Muchos años escuchando sus peroratas inconsistentes, con voz de monaguillo confesado, destinadas a acariciar lomos de minorías rabiosas e impulsivas, para perpetuarse con sus garras narcisísticas de manicura, en el poder.

Nos hemos tragado los psicopactos con golpistas, activistas chalados y asesinos para permanecer en la Moncloa. El Club de la bondad, abrillantándose un diente con la lengua, mintiendo sin rubor, sin compasión. Macarrismo político. Violencia.

Lo de Sánchez, ese nivel de cinismo y falsedad es violencia política, como lo de Errejón, o el Puta coja ese, de la otra hipócrita, Pam, que luego lloraba porque la llamaron gorda, bla, bla, bla… Inclusividad.

Y luego ya, como complemento, rozando el lirismo y la tragicomedia esperpéntica Valleinclaniana (la favorita de Sánchez) tenemos lo de las putas, los burdeles, la coca. Verderolas socialistas panzudos abrazados a señoritas en negligé… Selfies y morreos con esta y con la otra en pleno confinamiento… Cabezas de gamba chupadas. Centollos y cigalas salpicándoles las pecheras con cadena de oro, saliéndoles la gota por las orejas, y las angulas por los ojos… ¡Qué quieren que les diga! A mí este gobierno mastodóntico sustentado en un vertedero de enchufados y estomagazos me ha hecho reír. Barrigas, calzones, whiskolas, viagra, pelos… Detrás de la superioridad moral…

Me pregunto (con ternura y humor, que son la misma cosa) como justificaran Évole o Àngels, y los demás, lo que llama a su puerta tras el timbrazo de Aldama.

No creo que Sánchez dimita por esto, no hay pundonor ni sentido de la estética… Lo más hermoso de todo, que Pedro llegó al poder con una moción de censura contra la corrupción (primer presidente de la historia, cuya esposa es investigada, por corrupción).

¡¡15.000 mociones de censura, 50.000, mociones por arriba, por abajo, de perfil, mociones sin descanso, planeando en todas direcciones!!