Pedro Sánchez, misión Saturno

Pedro Sánchez, alumno sobresaliente de la Agenda 2.030, no está soportando el calvario permanente al que le someten sus “socios”, o Mohamed VI, por gusto al poder. No quiere los votos de sus socios para desarrollar un programa de Gobierno como se hacía antes. Está cediendo al chantaje constante de Mohamed VI para evitar que éste saque sus datos sucios del móvil hackeado y ponerlo fuera de La Moncloa.
Si Sánchez ha cedido, cede y cederá ante cualquier chantaje o precio que tenga que pagar será porque hay algo que desconocemos y que es el motivo real y poderoso por el que le merece la pena soportar, incluso, que su esposa comparezca ante los tribunales.
Mohamed podría pedir el traslado de La Giralda a Rabat y Sánchez se la llevaría ladrillo a ladrillo. Los golpistas catalanes podrían pedir que el Camino de Santiago acabara en Santa Coloma de Gramanet y Sánchez procedería a modificar lo que hiciera falta para que así fuera.
Cuando se iniciaron los trámites para aprobar la amnistía, pensé: “no es esto lo más grave que va a ocurrir. No te quemas políticamente a lo bonzo para conseguir una birriosa ley de amnistía. Si te quemas a lo bonzo lo haces por una causa superior, por algo que generaciones futuras valoren como grandioso y merecedor de semejante sufrimiento”.
Pedro Sánchez está sufriendo, de eso no tengo duda, pero alguien que está detrás le está brindando un apoyo brutal, enorme, descomunal. Y él, que se siente así de apoyado, se atreve, incluso, a desafiar a Israel reconociendo al Estado Palestino, algo que nadie jamás se había atrevido a hacer. No te atreves a algo así si no tienes un respaldo gigantesco. Tan gigantesco o más como el poder de Israel.
Como se puede apreciar, desde que Sánchez llegó al poder, no ha tenido un programa más o menos definido. No hay política hidráulica, ni de inmigración, ni de defensa, ni Exterior. Sólo se dan pasos puntuales y constantes en el desarrollo de una agenda de control social que tiene como uno de sus objetivos su permanencia indefinida en el Gobierno como herramienta necesaria para un proyecto superior cuyas directrices recibe desde alguien que está más arriba y que, mucho me temo, se cree como una especie de nuevo mesías que va a salvar al Mundo….de nosotros mismos. Que en eso consiste la Agenda 2.030.
Ese individuo o individuos de los que Sánchez recibe instrucciones tienen el dinero y el poder para llevarnos donde quieran y no creo que vayan a escatimar esfuerzos de ningún tipo, legales o ilegales, para conseguir sus fines. Tengamos en cuenta el arte que se da este Gobierno ( y otros que también rezan mirando a la dichosa Agenda 2.030 ) para convertir en legal lo que hace tan sólo unos años nos habría parecido contrario al sentido común, a los Derechos Humanos y a la Constitución.
Si hay que gobernar a golpe de Decreto se gobierna.
Si INDRA tiene que hacer el “recuento” de votos, lo hace.
Si el CIS tiene que dar como ganador al PSOE, lo da.
Si el Fiscal General tiene que hacer tal o cual cosa, la hará.
Si Pumpido tiene que…..lo hará.
Y si hay que ceder a lo que sea, se cederá.
Porque hay un objetivo que Sánchez sabe cuál es y no puede defraudar a sus mentores.
Personalmente tengo una hipótesis acerca de adonde quiere llevarnos, pero no sé si entraría bien en este artículo de opinión.
Lo que puedo asegurarles es que mi hipótesis nos les iba a gustar. Espero equivocarme en mi premonición o pasaremos malos ratos en los próximos meses y años. Muy malos ratos.
Luis Mulió
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