DGT

Casi nadie lo sabe pero estas dos señales son muy diferentes: la DGT lo confirma

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Más allá de los años de experiencia y la habilidad al volante, conducir requiere un conocimiento en profundidad del Reglamento General de Circulación (RGC), y muy especialmente de las señales de tráfico. Entre las múltiples señales que podemos encontrar en la carretera, hay dos que suelen generar confusión, incluso entre conductores experimentados: la R-5, «prioridad en sentido contrario», y la R-6, «prioridad respecto al sentido contrario». Ambas regulan la prioridad en pasos estrechos, pero una interpretación incorrecta puede llevar a una multa de hasta 200 euros de la Dirección General de Tráfico (DGT).

Los pasos estrechos son puntos conflictivos en la carretera, razón por la cual es tan importante que los conductores sepan con claridad quién debe ceder el paso y quién tiene la prioridad. Pero, ¿por qué generan tanta confusión estas señales? Ambas muestran dos flechas en direcciones opuestas y suelen estar situadas en espacios reducidos, donde apenas hay margen para reaccionar. A esto hay que sumar que no se ven con tanta frecuencia como otras, por lo que es fácil olvidarse de ellas con los años.

Las dos señales que más confusión generan

La R-5 es una señal de prohibición. Su forma circular con borde rojo y dos flechas en direcciones opuestas (una roja y otra negra) ya da pistas de su significado. La flecha roja simboliza la prohibición y señala al conductor que se encuentra con la señal. Su mensaje es claro: si ves una R-5, tienes que ceder el paso al vehículo que ya circula por el tramo estrecho o que viene de frente

La R-6 funciona como la contraparte de la anterior. Esta señal es rectangular, con fondo azul oscuro, y también presenta dos flechas en direcciones opuestas: una blanca y otra roja. La clave está en la flecha blanca, que marca la dirección que tiene prioridad. El conductor que circula en esa dirección puede acceder al paso estrecho, mientras que el vehículo en sentido contrario debe detenerse.

Aunque la teoría parece sencilla, en la práctica muchos conductores confunden estas dos señales. La principal diferencia se resume así:

El artículo 18 del Reglamento General de Circulación establece lo siguiente: «El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía». Aplicado a estas dos señales, implica que si no se interpreta bien la prioridad y se causa un accidente, el responsable será el que no haya respetado la señalización.

No respetar la prioridad indicada por estas señales puede considerarse una infracción. Aunque la cuantía varía en función de la gravedad del hecho, no ceder el paso en un tramo estrecho cuando corresponde puede derivar en sanciones de hasta 200 euros. Además, si se produce un accidente, la responsabilidad recaerá sobre el conductor infractor.

Información de interés

«En la señalización vial, los colores cumplen un papel fundamental y cada uno transmite un mensaje específico al conductor. El rojo se utiliza para indicar prohibición o peligro, mientras que el azul, dependiendo de la forma de la señal, puede señalar una obligación (si es circular) o aportar información general (si es rectangular). El amarillo suele emplearse de forma temporal para advertir de obras o situaciones especiales, ya sea en señales luminosas o marcas viales. El verde aparece en autovías y autopistas para señalar salidas o direcciones, y el blanco se utiliza como fondo en señales informativas, de reglamentación o de advertencia. Por su parte, el marrón está destinado a la información de carácter cultural o turístico, mientras que el negro se reserva principalmente para las letras o símbolos», señala el RACE.

Muchas veces, los conductores pueden encontrarse en la vía con varias señales de tráfico al mismo tiempo. Para evitar confusiones y garantizar la seguridad vial, la normativa establece un orden de jerarquía muy concreto que siempre se debe respetar.

  1. En primer lugar, la autoridad máxima en la carretera la tienen los agentes de tráfico. Sus indicaciones prevalecen sobre cualquier otra señal, semáforo o marca en la calzada.
  2. En segundo lugar, encontramos las señales circunstanciales y de balizamiento, que se instalan de forma temporal para advertir de obras, desvíos o condiciones especiales de la vía.
  3. El tercer nivel en la jerarquía corresponde a los semáforos, fundamentales para regular el tráfico en intersecciones y pasos de peatones.
  4. En cuarto lugar están las señales verticales, que son las que se encuentran instaladas en postes o pórticos en la carretera. Estas transmiten información de prohibición, obligación, advertencia o indicación.
  5. Por último, el quinto nivel corresponde a las marcas viales, es decir, las líneas y símbolos pintados en el pavimento.