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La DGT lo hace oficial: llegan nuevos radares capaces de multar sólo por pisar la línea continua

Radares de linea continua

Cuando pensamos en un radar de tráfico, lo primero que nos viene a la cabeza es el exceso de velocidad. Durante décadas, estos dispositivos han sido la principal herramienta de la Dirección General de Tráfico (DGT) para controlar uno de los principales factores de riesgo en las carreteras españolas. Ahora, la DGT ha decidido ir un paso más allá con los nuevos radares de línea continua, que ya están operativos en varios puntos de la Comunidad de Madrid.  El artículo 167 del Reglamento General de Circulación establece que «una marca longitudinal continua indica que ningún vehículo debe atravesarla ni circular sobre ella cuando separa carriles del mismo sentido de circulación o sentidos contrarios».

La razón es sencilla: estas líneas se pintan en tramos donde existe un riesgo elevado, ya sea por visibilidad reducida, cruces peligrosos o incorporaciones complejas. A diferencia de la línea discontinua, que permite el cambio de carril o el adelantamiento cuando las condiciones lo permiten, la línea continua marca una prohibición absoluta. Invadirla, aunque sea parcialmente, supone una infracción grave sancionada con 200 euros de multa, aunque sin retirada de puntos del carnet.

Los nuevos radares de línea continua

La DGT no ha implantado estos dispositivos por casualidad. Según datos oficiales, en los últimos años se han registrado 8.761 accidentes con víctimas relacionados con colisiones laterales provocadas por cambios de carril indebidos, con un balance de 45 fallecidos.

A estos datos se suma un estudio de Fesvial que revela que tres de cada diez conductores reconocen haber pisado alguna vez una línea continua al adelantar o incorporarse a la vía. Una cifra que pone de manifiesto que no se trata de infracciones aisladas, sino de un comportamiento bastante habitual.

En la actualidad, la DGT dispone de cerca de 3.000 dispositivos de control repartidos por toda España (excepto Cataluña y el País Vasco, donde las competencias están transferidas). Aunque la mayoría son dispositivos destinados a medir la velocidad, también existen radares que no vigilan cuánto corremos, sino cómo conducimos.

Durante los últimos meses, la DGT ha incorporado más de 230 dispositivos con inteligencia artificial, muchos de ellos destinados a controlar el cinturón y el móvil, pero también radares de STOP y los primeros radares de línea continua.

Cómo funciona

A diferencia de los radares tradicionales, estos dispositivos no se limitan a capturar una imagen puntual. Se trata de un sistema compuesto por dos cámaras sincronizadas, apoyadas por software de análisis automático.Su funcionamiento es relativamente sencillo, pero muy eficaz:

  • La primera cámara registra la matrícula del vehículo cuando circula por el carril de aceleración o el carril previo a la incorporación.
  • La segunda cámara, situada unos metros más adelante, graba el carril derecho de la vía principal.
  • Luego, el sistema cruza las matrículas detectadas.
  • Si un vehículo aparece primero en el carril de aceleración y luego en el carril derecho antes de que finalice la línea continua, el sistema marca una posible infracción.
  • A partir de ahí, las imágenes se envían al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas, donde un operador revisa manualmente el caso antes de tramitar la multa. Es decir, no se sanciona de forma automática sin supervisión humana.

Una de las grandes novedades de estos radares es el uso de inteligencia artificial. El sistema no sólo reconoce matrículas, sino que analiza la trayectoria del vehículo, el tipo de maniobra y el contexto vial para filtrar errores. Este tipo de tecnología permite a la DGT vigilar tramos conflictivos 24/7, algo imposible de mantener sólo con presencia física de agentes. Además, estos radares funcionan en cualquier condición meteorológica.

Ubicación

Por ahora, la DGT ha instalado cuatro radares de línea continua, todos ellos en la Comunidad de Madrid y en puntos considerados estratégicos por su alta siniestralidad o tráfico intenso. Las ubicaciones exactas son:

  • A-1, kilómetro 15,95, sentido decreciente, a la altura de Alcobendas
  • A-2, kilómetro 11,8, sentido decreciente, cerca del Aeropuerto de Barajas
  • A-42, kilómetro 16,9, sentido decreciente, en las inmediaciones de Getafe
  • A-6, kilómetro 20,2, sentido decreciente, a la altura de Las Rozas

En todos los casos, se trata de incorporaciones o tramos donde muchos conductores adelantan el cambio de carril antes de que termine la línea continua. La sanción por pisar o rebasar una línea continua detectada por estos radares es de 200 euros. A diferencia de otras infracciones, como saltarse un STOP, no conlleva retirada de puntos del carnet de conducir.

Con la implantación de los nuevos radares de línea continua, Tráfico deja claro que su estrategia va más allá de la velocidad. El objetivo es corregir comportamientos peligrosos normalizados, aquellos que muchos conductores consideran «pequeñas infracciones», pero que están detrás de miles de accidentes cada año. Por ahora, los radares de línea continua sólo están en Madrid, pero la DGT no descarta ampliar su uso a otras comunidades si los resultados son positivos. La recomendación es clara: respetar las marcas viales y recordar que, en carretera, ganar unos metros nunca compensa el riesgo ni la multa.

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