Así han cambiado los coches del Dakar en los últimos 30 años

Treinta años dan para mucho. Y más si hablamos del mundo de la competición automovilística. Y si no, solamente hay que mirar lo que han dado de sí estas tres últimas décadas para Peugeot, una de esas marcas que ha hecho grande la leyenda del Dakar. Para comprobar cómo ha cambiado esta prueba en lo que a los coches se refiere, solamente hay que comparar el Peugeot 205 Turbo 16 con el actual 3008 DKR.

Al ser automóviles de competición, el diseño de los Peugeot 205 Turbo 16 y 3008 DKR está delimitado por los diferentes reglamentos técnicos de sus épocas. Pero ambos buscan un mismo objetivo: aunar velocidad, fiabilidad y adaptabilidad a los diferentes terrenos y superficies que se afrontan en un Dakar. En el Peugeot 205, se partió de la buena base de un coche de rallys, que, a su vez, se derivaba de un modelo de calle. El 3008 DKR es una profunda evolución del 2008 DKR, que se diseñó desde un papel en blanco.

Ambos automóviles tienen una configuración básica parecida. Los dos disponen de un chasis tubular de acero (que en el caso del 205 T16, añade una zona central monocasco derivada del coche de serie), con suspensiones de dobles triángulos y grandes recorridos. El motor, por su parte, está ubicado en posición central -en disposición longitudinal, en el caso del 3008 DKR-.

Dejando de lado la lógica evolución mecánica de los 30 años que los separan, la mayor diferencia entre estas dos máquinas de competición se centra en su motor, sistema de tracción, interior y dimensiones generales. El 205 Turbo 16 monta un pequeño bloque de gasolina de 4 cilindros en línea y 1,8 litros de cilindrada, que gracias al aporte de un enorme turbo, ofrece una elevada potencia. El 3008 DKR, por su parte, apuesta por un bloque diesel de mayor tamaño y cilindrada, que entrega menos potencia máxima, pero más par motor.

El sistema de tracción del 205 es integral, porque se adaptaba a un reglamento de coches con cuatro ruedas motrices. Al encuadrarse dentro de la categoría de los ‘buggies’, al 3008 DKR no se le permite disponer de tracción a las cuatro ruedas. A pesar de ello y gracias a su diseño, y a sistemas como el Grip Control y el hinchado/desinflado automático de los neumáticos en marcha, es capaz de superar los terrenos más complicados con nota.

Una vez en su interior, el 205 es mucho más espartano y ofrece menos comodidades a sus pilotos. A su lado, el puesto de mando del 3008 DKR parece el de un avión, por la enorme cantidad de mandos y la instrumentación que incorpora. Eso sí, lo que más agradecerían los pilotos del 205 T16 es el sistema de sistema de aire acondicionado que incorpora el 3008 DKR, capaz de trabajar hasta 12 horas al día para reducir los 60 grados centígrados que se pueden alcanzar en el habitáculo.

En cuanto a las dimensiones, el Peugeot 205 es un coche de otra época, más pequeño y basado en un utilitario. El 3008 presume de su silueta SUV y de unas medidas más generosas, con una impresionantes anchura y altura. Dos coches con un mismo objetivo. El Dakar. Aunque éste ya no se dispute donde debe.