Así es la moto futurista de Peugeot 100% eléctrica: proyecto SPX
La moto Peugeot SPX tiene muchos atractivos que merece la pena conocer.
En 1971 se vivía un ambiente en Francia a nivel cultura y social complejo. Todavía quedaban los restos del famoso Mayo del 68 y la sociedad estaba entre el peso de lo tradicional y una época de revolución y de cambios.
El protagonismo pasó a ser del movimiento de protesta que sacudió los cimientos de la sociedad francesa, que liberó la expresión de una serie de deseos y aspiraciones a nivel individual. Hablamos de un periodo de tiempo donde la moral se relajaba, liberándose de los deseos y aspiraciones individuales.
En este periodo la moral se relajó, los medios de comunicación lo que hacían era librarse de la censura, para que en 1974 fuera concedido el derecho de voto a los jóvenes de 18 años.
La generación de 93
En un ambiente de gran revolución en el panorama cultural y de emancipación social, el Peugeot 103 apareció y pasó a ser algo más que un medio de transporte.
Para los jóvenes de la época era toda una declaración de independencia, un grito de libertad sobre dos ruedas.
Hablamos de un diseño que realmente era algo nuevo en la época, pero que suponía un concepto sencillo, así como la facilidad de ser utilizado y a un precio económico para todo el mundo, lo que hizo que mucha gente tuvieran acceso a una mayor movilidad.
Una transición vital hacia la electrificación
El caso es que el tiempo no para y los cambios sociales y de carácter medioambiental no hay que olvidar que siempre se produce un replanteamiento de la manera de forma de desplazarnos.
En 2024, el proyecto SPx lo que hace es encargar lo que se cree que es una reinterpretación una fiel del espíritu de libertad del Peugeot 103. En esta ocasión, eso sí, con un motor eléctrico.
Todo ello lo que hizo fue reafirmar el compromiso de la marca con las limitaciones del tiempo.
El proyecto SPx lo que hace es demostrar la ambición de Peugeot Motorcycles de influir en el futuro y también de la aceptación social del transporte individual.
Las cuestiones sociales contemporáneas que están vinculadas a la urbanización, la crisis del transporte y la transición ecológica demanda un cambio en cuanto al paradigma.
Este proyecto SPx no se ve a él mismo como pionero en este desarrollo, sino como una primera solución de gran elegancia y equilibrada a los retos a los que nos enfrentamos. Todo ello es el resultado del deseo de mirar el futuro sin que se dé la espalda a un pasado mágico.
Un diseño moderno y sostenible
Este modelo destaca por tener un diseño bastante moderno, pero que se fija también en elementos como el placer de conducir, la libertad del transporte individual, la responsabilidad colectiva o la asequibilidad.
El proyecto SPx supone una apuesta por individualismo responsable, en el que la movilidad personal ya no se riñe con la demás. Todo ello nos demuestra cómo la tecnología puede terminar ponerse al servicio de la sociedad, de forma que se satisfagan imperativos más amplios, a la vez que se preserve al tiempo del deseo de libertad de cada individuo.
Placer culpable e inocente
Este proyecto lo que quiere es incidir en el placer de una buena conducción, todo ello gracias a un chasis diseñado de forma dinámica. Hablamos de una combinación de peso y geometría del chasis monocasco de aluminio que promete una gran agilidad, de tal forma que el manejo es de gran precisión y con una capacidad de respuesta en el momento.
Si hablamos del motor, cuando está bien calibrado, la propulsión eléctrica le da a la moto un dinamismo estimulante. La combinación de los elementos (chasis/motor) le da una gran experiencia de conducción emocionante, donde cada curva pasa a ser una aventura y en la que cada aceleración supone una gran descargar de adrenalina.
La ambición mayor es la de poder redefinir los estándares del placer de conducir. Todo ello demuestra que la decencia social es posible que vaya de la mano de una experiencia de conducción de gran emocionante.
El objetivo es seguir siendo un estandarte de la libertad
Tanto si es propulsado por un motor de combustión interna de 1971 o por el motor eléctrico de 2024, el Peugeot 103 quiere seguir siendo un símbolo de libertad.
Se busca un placer en la movilidad individual, pero combinándolo con una conciencia a nivel colectivo.
Una forma que ha combinado un gran patrimonio cultural y la tecnología punta de manera ingeniosa.
El Director de Diseño Peugeot Motorcycles, Damien Basset, defiende que el 103 supone el reflejo de la evolución del ciclomotor. Todos los aspectos se han centrado en la funcionalidad. Hay que pensar que para muchas personas fue su primera moto y una experiencia completa de libertad.
Actualmente, el objetivo es diseñar expresiones nuevas de libertad, de tal forma que se preserve a la vez el placer sencillo y la modernidad de la marca.
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