Comunidad de Madrid

Sánchez ahoga a los madrileños: recorta un 10% la frecuencia de los trenes de Cercanías

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Estación de Cercanías en Atocha. (Foto: Alberto Ortega : Europa Press)

La red de Cercanías de Madrid, que gestiona el Ministerio de Transportes, está contra las cuerdas. Tal como ha podido confirmar OKDIARIO de fuentes oficiales, se acumula un recorte del 10% en las frecuencias de estos trenes interurbanos. A pesar de que el Gobierno de Pedro Sánchez dice que apuesta por el tren como forma de movilidad sostenible, condena a los madrileños un peor servicio ferroviario en el área metropolitana.

Las quejas de los viajeros son constantes ante una política del Ejecutivo que, lejos de impulsar este medio de transporte, pasa de reducir trayectos. Comenzó con la pandemia, pero tras superarse la crisis del coronavirus la situación persiste. Ahora llega el verano y la previsión tampoco pasa por recuperar esos servicios perdidos.

Además, se acumulan las protestas de los usuarios por averías constantes, por la falta de aire acondicionado, por el nuevo sistema para comprar billetes, entre otros puntos. También las redes recogen quejas por suciedad en las vías o en los propios vagones.

El abandono del Gobierno central a la red de Cercanías madrileña también se aprecia en la falta de inversiones. Al recorte de frecuencias, se suma que han abandonado en un cajón el Plan integral de mejora de los servicios de cercanías de Madrid 2018-2025, que fue presentado por el ministro de Fomento en abril de 2018, Íñigo de la Serna (PP).

El malestar en diferentes ámbitos institucionales de la región es total porque los planes del Ejecutivo de Mariano Rajoy preveía ampliaciones en nueve líneas y un presupuesto de hasta 2025 de 5.000 millones de euros. No obstante, estas partidas no entraron en los Presupuestos Generales del Estado de 2019 con el cambio de Gobierno y desde ahí nunca más se supo.

Ahora, OKDIARIO ha tenido acceso a un documento firmado por el director general de Planificación y Evaluación de la Red Ferroviaria, Casimiro Iglesias, que despeja dudas para pesar de los madrileños: «Ese documento, por su propia tipología y por la tramitación seguida, no entra en ninguno de los supuestos en los que es preceptiva su aprobación y, en consecuencia, no existe aprobación formal del mismo. Asimismo, no ha habido ningún otro documento que desarrolle parcialmente el plan presentado».

«Secreto»

Como telón de fondo de este desprecio a los madrileños está la opacidad en entregar la información. En otra respuesta oficial del presidente de la entidad pública que opera Cercanías, Isaías Táboas Suárez, indica que no podía informar de los recortes de trenes por ser «información privilegiada o sensible» objeto de «secreto comercial». Frente a la Comunidad de Madrid, que ha informado con transparencia de sus líneas de metro, el ministerio inicialmente optaba por esconder la información. «La Administración no tiene obligación de publicar aquella información que pueda perjudicar los intereses económicos y comerciales de las empresas que dependen de ella», justificaban.

PSOE ministra Transportes
Raquel Sánchez, ministra.

Por otra parte, reconocen que no tienen un sistema automatizado para recoger las incidencias, retrasos y otras circunstancias especiales. «Sería necesaria una acción previa de reelaboración de la información. Implicaría una carga administrativa desproporcionada, toda vez que no se trata de información que pueda facilitarse mediante la mera agregación o suma de datos, sino que requiere un tratamiento previo al que no pueden venir obligadas, por mor de la normativa de transparencia administrativa, entidades que no reciben financiación pública para atender este tipo de solicitudes», detallan. 

Llama la atención esta excusa porque, por el contrario, el Metro madrileño sí cuenta con un sistema de monitorización continua la red y, cuando es necesario, se aumentan las frecuencias.

Por otra parte, los responsables de Cercanías aseguran que «las cancelaciones o retrasos en los servicios ferroviarios» en su «mayoría son ocasionados por causas ajenas a la empresa que los presta». Además, informar al respecto «crearía una percepción en el público que afectaría de manera significativa e injustificada a sus intereses económicos y comerciales, por lo que dicha información debe ser considerada y tratada como un secreto empresarial», concluyen.

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