Ni Sol ni Argüelles: ésta es la estación más profunda del Metro de Madrid
Una estación que fue inaugurada en 1919 y que tiene 45 metros de profundidad
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Una de las redes de transporte público más amplias de toda España, es la de Madrid y en concreto, su metro lleva más de un siglo en funcionamiento, desde que fuera inaugurado en 1919. Toda una red de líneas, alguna de las cuáles han acabado siendo las más famosas por ser las más transitadas o por tener una historia bastante curiosa, como la línea fantasma de Chamberí. Sin embargo, ¿cuál de ellas es la más profunda de todas?. No se trata Ni de Sol ni Argüelles. Toma nota, porque esta es la estación más profunda del Metro de Madrid.
Durante mucho tiempo, estaciones como las mencionadas de Sol o Argüelles han sido las más mencionadas cuando se habla de profundidad o de estructuras subterráneas complejas. Sin embargo, ninguna de ellas ostenta el verdadero récord en este aspecto. Hay una estación que, aunque quizás no figure entre las más turísticas, se lleva el título con diferencia. Hablamos de Cuatro Caminos, una estación veterana, estratégica y, sobre todo, profunda. Literalmente. Con sus andenes situados a 45 metros bajo el nivel del suelo, se convierte en el punto más bajo, y también uno de los más interesantes, de toda la red del suburbano madrileño. Conozcamos todos sus detalles a continuación.
La línea más profunda del Metro de Madrid
Cuatro Caminos no es una recién llegada al sistema de transporte madrileño. De hecho, forma parte de la historia misma del Metro de Madrid, ya que fue inaugurada el 17 de octubre de 1919 como una de las ocho estaciones originales de la línea 1. En ese momento, el trayecto conectaba Cuatro Caminos con Sol, en un recorrido que revolucionó la movilidad urbana de la época.
Lo que comenzó como una estación sencilla ha evolucionado con el tiempo para convertirse en un nudo intermodal esencial. Durante los años 60, sus andenes se alargaron de 60 a 90 metros para acoger trenes con mayor capacidad, y desde entonces ha sido objeto de numerosas reformas y mejoras, tanto estructurales como estéticas.
Hoy en día, Cuatro Caminos conecta tres líneas diferentes: la 1, la 2 y la 6. Esta última, circular, es la que desciende hasta los famosos 45 metros de profundidad. Para hacernos una idea, hablamos de una altura equivalente a un edificio de 15 plantas bajo tierra.
Una línea bajo la glorieta del mismo nombre
La ubicación de Cuatro Caminos no es casual. Está justo debajo de la glorieta del mismo nombre, donde convergen los distritos de Chamberí y Tetuán. Este punto neurálgico fue también, en su momento, escenario de una serie de pasos elevados para el tráfico que fueron desmontados hace años y reemplazados por túneles soterrados.
Esa misma complejidad urbana se traslada al subsuelo. Cada línea del Metro discurre bajo una calle diferente: la línea 1 bajo Santa Engracia, la línea 2 bajo Bravo Murillo y la línea 6 bajo Raimundo Fernández Villaverde. Este diseño implica una estructura escalonada y una disposición milimétrica que ha requerido una planificación técnica meticulosa.
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La profundidad de la línea 6 no sólo responde a razones de espacio, sino también a la necesidad de evitar interferencias con las otras líneas y con los servicios subterráneos existentes. Por eso, su construcción en los años 70 fue un auténtico reto técnico que hoy sigue llamando la atención de ingenieros y curiosos.
Un modelo de accesibilidad y servicios
Lejos de ser una estación incómoda o anticuada por su profundidad, Cuatro Caminos ha sabido adaptarse a las necesidades del presente. Desde 2004 cuenta con seis ascensores pensados para personas con movilidad reducida, algo imprescindible en un entorno tan vertical. También dispone de escaleras mecánicas en todos los accesos y pasillos de correspondencia, lo que facilita el tránsito de los más de 80.000 viajeros que pasan por allí cada día.
A nivel de servicios, la estación cuenta con quioscos, cajeros automáticos y hasta un punto de la ONCE, lo que la convierte en un pequeño centro de actividad comercial. No es raro ver a personas que hacen una parada rápida para comprar un café o el periódico antes de continuar su trayecto.
En 2021 y 2022, además, Cuatro Caminos fue objeto de una renovación integral. El vestíbulo y los andenes fueron remodelados con un estilo más luminoso y moderno, utilizando azulejos blancos que recuerdan a las estaciones clásicas del Metro. También se restauró el histórico tótem de acceso, una pieza icónica que muchos madrileños asocian con sus primeros recuerdos del suburbano.
Ahora ya lo sabes, la próxima vez que bajes por el ascensor, o por las interminables escaleras mecánicas de esta estación o esperes el tren en su andén más profundo, recuerda: estás en un lugar donde la historia, la ingeniería y la vida cotidiana se cruzan a 45 metros bajo tierra. Y eso, sin duda, merece más que un simple vistazo de pasada. Cuatro Caminos, es una estación particular y la más profunda de todas.