Ni La Moraleja ni La Finca: la exclusiva urbanización de Madrid que está escondida entre dos barrios ricos
Una urbanización cuyo precio medio por metro cuadrado es de casi 3.000 euros
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Cuando uno piensa en las urbanizaciones más exclusivas de Madrid, es casi automático que vengan a la mente nombres como La Moraleja o La Finca. Son sinónimo de lujo, de privacidad y, cómo no, de famosos que han hecho de esos enclaves su refugio personal. Sin embargo, entre esto lugares de lujo, se esconde una joya residencial que, sin hacer tanto ruido, comparte, y en algunos aspectos supera, el nivel de vida y la privacidad de sus vecinas más conocidas: Montepríncipe.
Ubicada a caballo entre algunos de los municipios más ricos de España, Montepríncipe es un enclave discreto que, pese a su bajo perfil mediático, ha atraído a celebridades y figuras públicas por igual. Cantantes como Pablo López, Raphael y también Omar Montes, o futbolistas como Dani Carvajal, son varios los nombres que han encontrado aquí un equilibrio perfecto entre comodidad, exclusividad y anonimato. Y es que, más que una simple urbanización, Montepríncipe es una especie de ecosistema autosuficiente donde la vida transcurre a otro ritmo. Entre Boadilla del Monte, Pozuelo de Alarcón y Alcorcón, esta urbanización combina lo mejor de tres mundos: el prestigio de Pozuelo, la tranquilidad de Boadilla y la conectividad de Alcorcón.
La urbanización de Madrid que está entre dos barrios ricos
Montepríncipe ocupa un espacio singular dentro de la geografía madrileña. Mientras La Finca se encuentra en Pozuelo y La Moraleja en Alcobendas, Montepríncipe se reparte entre tres municipios clave. Boadilla del Monte, donde se encuentra la mayor parte del vecindario, es el tercer municipio con mayor renta de España. Parte de la urbanización también está en Pozuelo de Alarcón, que lidera este ranking, y otra en Alcorcón, una de las ciudades más grandes de la región.
Esa distribución geográfica le otorga ventajas considerables: acceso a servicios de calidad, buena comunicación con el centro de Madrid y un entorno natural que muchos consideran inigualable. La urbanización está rodeada de zonas verdes protegidas, lo que garantiza un paisaje cuidado y una sensación de aislamiento sin tener que renunciar a la conectividad.
Exclusividad sin ostentación
Una de las características que distingue a Montepríncipe es su discreción. No hay grandes portadas en revistas del corazón, ni titulares que hablen de sus fiestas privadas. Aquí se valora la tranquilidad, la privacidad y el silencio. Eso no quiere decir que falten los lujos: las viviendas suelen superar los 1.000 metros construidos y las parcelas rondan los 3.000 metros cuadrados.
La comunidad está formada por unas 2.000 personas que comparten un estilo de vida marcado por la comodidad y la seguridad. Montepríncipe cuenta con vigilancia 24 horas, control de acceso, servicio de mantenimiento de viales y zonas verdes. Además, dispone de su propio centro comercial, hospital universitario (Hospital Montepríncipe), colegio, campus universitario y hasta una escuela técnica superior. Es decir, dentro de sus límites es posible encontrar todo lo necesario para el día a día sin necesidad de salir.
Historia con nombre propio
Aunque esta urbanización de Madrid nació como tal nació en los años 60, el origen de sus tierras se remonta mucho más atrás. En el siglo XVII, el llamado Monte de Boadilla pertenecía a los marqueses de Mirabal, hasta que fue adquirido en 1761 por el infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio, hermano del rey Carlos III. Desde entonces, el terreno pasó de generación en generación entre aristócratas y nobles como la condesa de Chinchón y el príncipe de Cerveteri.
La historia aristocrática de Montepríncipe no es solo una anécdota. Aún hoy, el trazado de la urbanización y la presencia de elementos históricos en sus alrededores recuerdan esa herencia. Fue a principios del siglo XXI cuando la familia Rúspoli, entonces propietaria del terreno, llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento de Boadilla para urbanizar una parte de la finca y ceder otra como monte de utilidad pública.
Un precio reservado para pocos
Vivir en Montepríncipe no está al alcance de todos. Aunque esta urbanización de Madrid no tiene la fama mediática de La Moraleja, sus precios están a la altura de las grandes ligas del mercado inmobiliario madrileño. En los portales especializados se pueden encontrar viviendas por más de cuatro millones y medio de euros. La media del metro cuadrado se sitúa en torno a los 2.800 euros, aunque puede llegar a dispararse dependiendo de las calidades y la localización exacta dentro de la urbanización.
No obstante, lo que más pesa a la hora de decidirse por Montepríncipe no es tanto el precio como el estilo de vida que ofrece: privacidad, tranquilidad, naturaleza y un entorno muy cuidado. Para muchas familias, y también para personalidades que buscan pasar desapercibidas, esa combinación es más que suficiente para justificar la inversión.
Por ello, y para quienes ya viven en la zona, Montepríncipe es más que una urbanización exclusiva de Madrid. Es una comunidad consolidada. Buena parte de los vecinos llevan décadas viviendo allí y mantienen un fuerte vínculo con el entorno. La comunidad de propietarios, de hecho, es especialmente activa y participa en la mejora y el mantenimiento de los espacios comunes, además de organizar actividades y fomentar un estilo de vida saludable y familiar.
Lejos de la imagen impersonal que a veces proyectan las urbanizaciones de lujo, aquí hay una sensación de pertenencia real. Se conoce a los vecinos, se comparten intereses y se cuida del entorno. Todo ello contribuye a que Montepríncipe sea percibida como un lugar más cálido y cercano que otros enclaves de alta gama.