El gran reto de Lydia Valentín contra 11 kilos de más

Lydia Valentín, triple medallista olímpica, buscará el más difícil todavía. La leonesa posee sus tres preseas en los Juegos en la categoría de 75 kilos –ahora actualizado a 76 kilos– habiendo sido plata en Pekín 2008, oro en Londres 2012 y bronce en Río 2016. La pandemia redujo las competiciones al mínimo y la Federación Internacional de Halterofilia decidió cambiar las normas de clasificación pillando a la española a contrapié.

Valentín no pudo participar en los Campeonatos de Europa de Moscú por culpa de una inoportuna gastroenteritis. En ese momento, con los resultados que tenía, veía cómo se quedaba fuera de los Juegos Olímpicos por no acudir a ese evento y tener sólo la undécima mejor marca, aunque había esperanzas de que se pudiese clasificar con algún rebote. La Federación Internacional de Halterofilia había decidido el criterio de clasificación a menos de un mes para que se cierre de las listas para los Juegos Olímpicos.

Arrinconada por la situación de verse fuera de Tokio, Valentín optó por apuntar a la categoría superior en los Juegos Olímpicos –la de 87 kilos– existiendo una enorme distancia entre la que ella compite habitualmente y la que tiene programada. Al no existir en el mayor evento de la halterofilia la categoría intermedia de 81 kilos –donde Lydia cosechó grandes resultados en los Mundiales de 2018 y 2019 siendo oro y plata respectivamente–, la española se aseguró su presencia en la capital nipona apuntándose a una prueba donde, como ella misma admite, no conoce ni a las rivales.

Valentín culminó su particular conversión a la categoría de 87 kilos en los pasados Campeonatos Iberoamericanos celebrados en Colombia. Allí no tuvo ni que participar, sólo acudió a firmar el acta para conseguir con sus marcas –la sexta mejor de todas las que se presentan en los Juegos– su pase a Tokio, pese a que ella lo tenía todo programado para los 76 kilos, la categoría que ha preparado toda su carrera.

Lo más curioso es que Lydia Valentín, de haberse apuntado a los 76 kilos, finalmente sí hubiese entrado en la lucha olímpica de la categoría después de diversas bajas, sanciones y duplicidades de naciones. La española tiene el reto de enfrentarse a mujeres que tienen el cuerpo mucho más asimilado para levantar más peso que ella por tamaño. La suerte es que lleva más dos meses preparándose para esta cita cogiendo kilos y fortaleciéndose para el desafío. Quién sabe si Lydia no puede darnos una sorpresa y unirse al Olimpo de las cuatro veces medallistas españolas formado por Mireia Belmonte, Arantxa Sánchez Vicario y Andrea Fuentes. Si lo consigue, lo habrá conseguido haciendo uno de los cambios físicos más espectaculares que se recuerdan en un tiempo récord.