Caso Bankia

Rato se sentará en el banquillo por estafa, falsedad, apropiación indebida y delito societario

Rodrigo Rato
Rodrigo Rato

La suerte en el caso Bankia está echada. Juez y fiscal dan prácticamente por finiquitada la instrucción, tanto en el episodio de la salida a Bolsa como en de las tarjetas black. Fuentes jurídicas aseguran que, inevitablemente, Rodrigo Rato se sentará en el banquillo acusado de al menos cuatro delitos:  uno de estafa a los accionistas y otro de falsedad documental, ambos presuntamente cometidos en la salida a Bolsa de Bankia, y otros dos más (apropiación indebida y delito societario) por la gestión de las archifamosas tarjetas black que supusieron un gasto de 15 millones de euros.

Miguel Blesa, por su parte, tampoco se librará del procesamiento. Salvo sorpresas, el titular del Juzgado de Instrucción 4 de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, lo mandará a juicio por las tarjetas de libre disposición con las que engrasó a su Consejo de Administración, a la Comisión de Control y a un sinfín de directivos durante años. Tarjetas con las que los consejeros extrajeron ingentes cantidades de dinero en efectivo y compraron joyas, ropa, viajes privados de lujo, hoteles en la propia de ciudad de Madrid, lencería  e incluso masajes filipinos.

La salida a Bolsa llevará el casi seguro procesamiento por estafa a los accionistas y falsedad documental a Rodrigo Rato y sus lugartenientes en el momento de la salida a Bolsa el  2011. Al ex ministro le acompañarán presumiblemente en el banquillo el ex consejero delegado Francisco Verdú, el vicepresidente de Cajamadrid y BFA José Manuel Fernández-Norniella (secretario de Estado de Comercio en la primera legislatura aznarista) y José Luis Olivas, vicepresidente de Bankia y antaño número 1 de Bancaja. Resulta especialmente chocante la suerte que correrá Verdú, que fue uno de los cuatro responsables de la caja (de un total de 84) que dijeron “no” cuando les ofrecieron las corruptas tarjetas black.

La probabilidad de que acaben condenados a penas de prisión son ciertamente elevadas. Entre otras cosas, porque será la primera vez que se aplique el artículo 282 bis del Código Penal,  incorporado tras la reforma de 2010. Este nuevo epígrafe sanciona “la falsedad en la información económica-financiera contenida en los folletos de emisión de cualesquiera instrumentos financieros o las informaciones que la sociedad debe publicar y difundir conforme a la legislación del mercado de valores sobre sus recursos, actividades y negocios presentes y futuros, con el propósito de captar inversores o depositantes, colocar cualquier tipo de activo financiero u obtener financiación por cualquier medio”.  Este punto de la ley penal española castiga con penas que oscilan entre un año y seis de cárcel a quienes  estafen a los inversores falseando los folletos de emisión de valores en una salida a Bolsa.

Los consejeros de Bankia irán a juicio por los mismos dos delitos que Blesa y Rato 

Hay que recordar que los peritos del Banco de España dictaminaron en diciembre pasado, en una información adelantada en exclusiva por Esteban Urreiztieta y Eduardo Inda, que los balances financieros presentados para sostener la entrada de Bankia en el Ibex 35 “no reflejaban la imagen fiel de la entidad”. Rato y su equipo declararon un beneficio de 591 millones de euros en el ejercicio 2011 cuando se habían registrado unas pérdidas de 62 millones. Es decir, una diferencia de 653 millones de euros. Estas cuentas se presentaron el 28 de marzo de 2012.

Quien sí sorteará el juicio será José Ignacio Goirigolzarri pese a que los peritos reflejaron en su informe que las cuentas presentadas bajo su mandato el 25 y el 26 de mayo de 2012 tampoco “reflejaban la imagen fiel” de la situación financiera de la entidad. Sin embargo, se le exonerará de cualquier responsabilidad al entenderse que no las podía conocer al detalle al llevar apenas tres semanas en el cargo.

Los miembros de la comisión de control serán procesados por apropiación indebida

A ello habría que sumar el castigo por la presunta falsedad documental cometida por el  superministro de Economía de la era Aznar. Pero su periplo por los juzgados no terminará ahí. También tendrá que pechar con la presunta apropiación indebida y el delito societario que el juez va a imputar definitivamente tanto a él como a todos los miembros del Consejo de Administración por el uso irregular e indiscriminado de las tarjetas black. Los integrantes de la Comisión de Control de Cajamadrid y Bankia deberán responder de un delito de apropiación indebida y los directivos que tenían tarjetas a su libre disposición se librarán del banquillo al entenderse que hicieron uso de ellas en el ejercicio de sus labores profesionales, desde comidas hasta viajes, pasando por regalos de cortesía institucional.

Triste final el de un Rodrigo Rato que, a pesar de todos los pesares, ha pasado a la historia como un buen ministro. Seguramente el mejor de la democracia. El hombre que lo tuvo todo, que estuvo a punto de ser presidenciable y presidente, el jefazo de una institución que manda más que la ONU y casi tanto como la Casa Blanca (el FMI, el más poderoso tercio de la tristemente famosa troika), está cada vez más cerca del banquillo. Quién lo iba decir hace tan sólo tres años.

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