La Policía contrató a un mercenario peligroso y con un largo historial delictivo
El secuestrador de los Bárcenas, Enrique Olivares, era un tipo popular en los archivos policiales. Una vez detenido, los agentes de Información de la Brigada Provincial de Madrid se toparon con una ficha con una decena de antecedentes. Estaba claro que el captor de la Policía que se fijó en Olivares ya sabía que el personaje presentaba un amplio historial delictivo.
Los agentes que se presentaron en el domicilio de los Bárcenas tras el secuestro no lo sabían, pero sí sus superiores del Cuerpo Nacional de la Policía que, realmente, seleccionaron a Olivares para que realizara el trabajo por sus antecedentes y su condición de delincuente.
Y ese historial delictivo pasó a formar parte del atestado del triple secuestro. El Servicio de Informática de la Dirección General de la Policía descubrió que el sicario tenía una ficha con ocho antecedentes delictivos por “robo con fuerza en las cosas” (cuatro) en tan solo año y medio (1966 a 1967), por estragos (1999), por falta contra el orden público (1976), “por tenencia de drogas para tráfico” (1980) y por “persona indocumentada” en Argentina, en 2002.
El nombre real del secuestrador era el de Enrique Olivares García –nacido en Cuenca en 1949– aunque el delincuente solía usar otras dos identidades para sus diversas fechorías: Jesús Sánchez Rodríguez, nacido en Cuenca, y Juan Manuel Muñoz Muñoz, nacido en El Arenal (Ávila).
El secuestrador, Enrique Olivares García, se negó a declarar ante los policías que lo arrestaron y fue asistido por un abogado de oficio. En su filiación policial los agentes de la Brigada Provincial anotaron los motivos de su detención: tenencia ilícita de armas, amenazas, lesiones, allanamiento de morada y detención ilegal.