¿Quién es Riley Gaines, la nadadora víctima del último brutal ataque trans en EEUU?
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Railey Gaines, de 22 años, se ha ganado el respeto fuera y dentro del deporte en EEUU. Dentro del mismo, porque es una firme defensora de las competiciones de mujeres, pero no de mujeres desde el punto de vista woke del término, sino del sentido natural del mismo que se refiere a quienes biológicamente han nacido como mujeres. Y fuera de la actividad deportiva, se ha ganado la admiración de quienes combaten la ola de violencia y totalitarismo trans que azota el país con el apoyo de los demócratas y que pretende imponer el relato de que el género, como la nación (Zapatero dixit), es un hecho discutido y discutible.
Gaines recibió atención nacional el pasado año cuando criticó públicamente a la nadadora de la Universidad de Pensilvania, Lia Thomas, mujer transgénero, por competir contra ella como mujer. Thomas terminó ganando el campeonato nacional de estilo libre femenino de 500 yardas, convirtiéndose en la primera atleta trans en ganar en ese nivel. Desde aquel momento, Railey Gaines se ha convertido en una firme defensora de los derechos de las mujeres que, si hasta hace unos años, fueron objeto de controversia por pequeños sectores ultraconservadores, ahora son puestos en duda por la izquierda política que los han degradado a una categoría inferior por detrás de los derechos de los transexuales.
De hecho, la semana pasada la nadadora de la NCAA (Asociación Nacional Deportiva Universitaria) admitió haber sido agredida en el campus de la Universidad Estatal de San Francisco, donde en una charla exponía sobre sus puntos de vista en contra de la inclusión de atletas transgénero en los deportes femeninos. Su intervención fue objeto de boicot por una turba de radicales en favor de los transexuales.
“Nosotros tenemos el respaldo de la ciencia, de la lógica, de la razón y del sentido común”, afirmó Riley Gaines antes de ser coaccionada por los manifestantes. Después de ser perseguido por algunos estudiantes, Gaines requirió ser escoltada por personal de seguridad de la Universidad. La presidenta de la sociedad estudiantil, Karina Zamora, defendió lo que llamó «protesta pacífica» del grupo en un comunicado y dijo que el evento alentaba la retórica anti-transgénero contra los atletas. Este grupo de radicales liderado por Zamora afirma que los guardias de seguridad «pisotearon sus derechos y la administración universitaria tiene la culpa de no defender los valores que profesa la escuela».
Sin embargo, Gaines aseguró que los manifestantes pro-transgénero la agredieron verbal y físicamente, lo que la llevó a encerrarse en una habitación durante tres horas. Gaines también denunció que los manifestantes la golpearon, la empujaron y la golpearon antes de cancelarla.
Si la reacción de los radicales ha puesto en aprietos la reputación de la universidad, también lo ha hecho la propia reacción de la dirección universitaria por parte de la vicepresidenta de Asuntos Estudiantiles e Inscripciones, Jamillah Moore, quien envió un correo electrónico sin disculparse ante Gaines ni mencionó palabra alguna sobre los actos violentos acontecidos en el campus.
«Permítanme comenzar diciendo claramente: la comunidad trans es bienvenida y pertenece a la Universidad Estatal de San Francisco. Además, nuestra comunidad cree fervientemente en la unidad, la conexión, el cuidado y la compasión, y valoramos las ideas diferentes incluso cuando no son las nuestras», escribió Moore.
«Quiero agradecer a los estudiantes que participaron pacíficamente en el evento del jueves por la noche. Se necesitó una gran valentía para pararse en un espacio tan desafiante. Estoy orgullosa de los momentos en los que escuchamos e hicimos preguntas perspicaces. También estoy orgullosa de los momentos en que nuestros estudiantes demostraron el valor de la libertad de expresión y el derecho a protestar pacíficamente. Estos problemas no desaparecen, y estos valores son propios de nuestro centro».
Por su parte, Gaines reveló que Moore la había bloqueadocancel en Twitter y agregó: «Supongo que es más fácil para ella ignorarme que denunciar la violencia contra las mujeres. No obstante, no podrá ignorar mi demanda».
«Estoy agradecida de haber visto una multitud diversa en la sala durante mi discurso, lo cual expresé varias veces», agregó Gaines. «Mantuvimos un gran diálogo y nos escuchamos. Pero la emboscada que sufrí no fue precisamente pacífica».