¿Dónde está Navalni? Su entorno acusa al Kremlin de hacerlo desaparecer en el infierno penitenciario ruso

¿Dónde está Navalni? Ésa es la pregunta que se hace medio mundo después de que los abogados del principal opositor a Putin, Alexéi Navalni, haya desaparecido de la cárcel en la que cumplía condena sin que se tengan noticias de él desde hace ya una semana. La desaparición del disidente es aún más sospechosa al producirse antes de dos vistas programadas para pedir que les sean rebajadas sus condenas.

Navalni se encuentra cumpliendo varias penas que le ha impuesto el sistema judicial ruso y que suman más de 30 años de cárcel. Unas condenas bastante arbitrarias, según varios organismos internacionales. Sus colaboradores, sus abogados y su familia están convencidos de que el Kremlin de Putin quiere silenciarlo trasladándolo a otra prisión lejos de Moscú; ocultarlo en el infierno penitenciario ruso.

«Séptimo día. No sabemos qué pasa con Navalni», ha escrito este martes  el equipo del opositor a Putin desaparecido en un escueto mensaje en su canal de Telegram.

Today, as on Friday, the lawyers tried to get to IK-6 and IK-7 — two colonies in the Vladimir region where Alexey @navalny might be. They have just been informed simultaneously in both colonies that he is not there.

We still don’t know where Alexey is.

— Кира Ярмыш (@Kira_Yarmysh) December 11, 2023

Según una de las colaboradoras de Navalni, los funcionarios de la prisión número 6 de la región de Vladímir, donde estaba interno, no han accedido a revelar el nuevo paradero del opositor a Putin, por lo que su equipo ha iniciado una campaña para conocer la suerte que ha corrido del preso político más famoso de Rusia.

Navalni, en paradero desconocido

Navalni cumple desde 2022 una suma de condenas de casi 30 años de cárcel. Precisamente, la Fiscalía rusa añadió el pasado 3 de diciembre una nueva imputación por delito de vandalismo contra él, encarcelado tras ser hallado culpable de delitos como el de extremismo, denunciado por su defensa como una persecución política. Una condena tan extensa hacía pensar a sus abogados que el disidente estaría en la prisión de Vladímir hasta el juicio por este último cargo. Pero ahora temen que el Kremlin haya metido a Navalni en el pozo insondable de las prisiones rusas.

Sobre ése infierno de las cárceles rusas, Efe cuenta que se encuentran esparcidos por toda la geografía nacional y los presos deben recorrer a veces miles de kilómetros antes de recalar en lo que será su nuevo hogar, ya sea ceca de Moscú o en la temible Siberia.

El Kremlin niega saber dónde está Navalni

Mientras, el Kremlin dijo este martes que desconoce el paradero del opositor. «Nosotros no tenemos ni intención ni posibilidad de conocer la suerte de los presos y los pormenores de su estancia en las correspondientes instituciones penitenciarias», dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.

Tachó también de «inadmisible» la injerencia de Estados Unidos en la situación de Navalni, de 47 años. «Aquí estamos hablando sobre de un preso que fue declarado culpable en virtud de la ley y está cumpliendo la condena que se le dictó. Consideramos inadmisible e imposible cualquier injerencia, sea de quien sea, incluido Estados Unidos», señaló, según informa Efe.

El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, adelantó que manifestará a Moscú su preocupación por el estado de Navalni.

Relación de Navani y Gazprom

Tras el paso de Navalni por un hospital de Berlín tras ser envenenado, Alemania, que halló en su cuerpo rastro del agente nervioso altamente mortífero Novichok, lideró las presiones europeas a Putin para liberar al opositor. Y ¿de qué forma lo hizo? Sugiriendo que se podría parar el gasoducto Nord Stream 2 si Navalni, ya en poder de Rusia, no era liberado.

El proyecto Nord Stream 2 ha supuesto un coste de unos 8.400 millones de euros, financiados por un consorcio liderado por Gazprom que incluye a cinco empresas europeas: las alemanas Uniper /E.ON y Wintershall (filial de BASF), la anglo-neerlandesa Shell, la austriaca OMV y la francesa Engie. Los rusos desembolsaron la mitad de esta cantidad, y el resto, a razón de unos 950 millones cada uno.

Tras la detención y encarcelamiento de Navalni en Rusia, partidos alemanes como Alianza 90/los Verdes y el centrista FDP, así como dirigentes de los partidos de la coalición del Gobierno de entonces (conservadores y socialdemócratas), presionaron a Merkel para que diera carpetazo al gasoducto como respuesta contra el Kremlin por el caso Nalvani.

«Este abierto intento de asesinato a través de estructuras de tipo mafioso del Kremlin no sólo debería preocuparnos, sino que necesita tener consecuencias reales», reseñó entonces Karin Göring-Eckardt, colíder del grupo parlamentario ecologista alemán. «Tras el envenenamiento de Navalni necesitamos una respuesta europea fuerte, que Putin entienda; la UE debería decidir de modo conjunto parar el Nord Stream 2», tuiteó, asimismo, el democristiano Norbert Röttgen, presidente del comité de Asuntos Exteriores del Bundestag y uno de los aspirantes a liderar el partido.