La CIA guarda fotografías de presuntos terroristas desnudos antes de ser torturados después del 11S
La CIA tomó fotografías de desnudos de personas a las que envió a sus socios extranjeros para la tortura, según revela el diario inglés The Guardian. El medio explica que un ex funcionario de Estados Unidos que habría visto algunas de las fotografías las ha descrito como «espantosas».
La nueva revelación incide en la controversia alrededor de los métodos utilizados por la agencia de Inteligencia estadounidense en su guerra contra el terrorismo desde los ataques del 11S de 2001. Expertos en derechos médicos y humanos han calificado estas técnicas como de «humillación sexual». Algunos defensores de los derechos humanos describen el hecho de fotografiar desnudos a los detenidos como un posible crimen de guerra.
Curiosamente, la CIA guardaría esta documentación de sus acciones como mínimo discutibles a diferencia de las pruebas de vídeo de sus torturas en las llamadas ‘cárceles negras’ ubicadas en países aliados, que fueron destruidas en 2005 por un funcionario de alto rango.
En algunas de las imágenes, que siguen clasificadas como secretas, los cautivos de la CIA aparecen con los ojos vendados, atados y muestran señas visibles de maltrato físico. En no pocas de estas fotografías aparecen también otros personajes que podrían ser agentes de la central de Inteligencia de EEUU o contratistas junto a los detenidos desnudos.
Nunca se ha confirmado cuántas personas, en su inmensa mayoría varones, fueron capturados bajo la figura de las denominadas «entregas extraordinarias», es decir, detenidos enviados extrajudicialmente a países extranjeros, muchos de los cuales practicaban incluso formas de tortura más brutales que la CIA. Los grupos de derechos humanos han identificado al menos 50 personas, y remontan estas prácticas incluso a la presidencia de Bill Clinton.
Según fuentes conocedoras de estas prácticas, citadas por The Guardian, la motivación de la CIA para tomar estas fotografías, e incluso para mantenerlas bajo custodia y no haberlas destruido, sería la de tener pruebas de que sus agentes no habrían maltratado a los detenidos, quienes luego eran transferidos para su interrogatorio bajo tortura.
El periódico británico dice contar con la confirmación de las identidades de algunos de los detenidos fotografiados sin ropa y que ha optado por no divulgarlas por su seguridad y dignidad.