Afganistán

China y sus intereses en el proceso de paz de Afganistán

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El presidente de Afganistán Ashraf Ghani en un reciente acto (Foto: AFP).

Una delegación del grupo talibán de Afganistán ha visitado China esta semana. Así lo ha confirmado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Geng Shuang, en la rueda de prensa diaria que ofrece la institución.

El objetivo de la visita ha sido el intercambio de puntos de vista sobre “cómo promover el proceso de paz y reconciliación”. Para ello, se han reunido el jefe de la Oficina Política del grupo, Doha Baradar, y altos funcionarios del Gobierno chino, un encuentro que ya se ha producido en otras ocasiones. En concreto, según informa el medio Nikkei Asian Review, estas rondas de diálogo llevan sucediéndose desde el año 2017.

Al término de la visita, Shuang ha comunicado que “China ha seguido de cerca la situación en Afganistán”, puesto que el país asiático “apoya consistentemente un proceso de paz y reconciliación amplio e inclusivo que sea liderado y de propiedad afgana”. En su discurso, el funcionario también ha emplazado a Estados Unidos a que retome las negociaciones con los talibanes, puesto que la última ronda, que estaba teniendo lugar en Camp David, se rompió hace un par de semanas, como anunció el presidente estadounidense en su cuenta de Twitter. De hecho, este acontecimiento también provocó la salida del que fuera asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, según apuntó el medio Politico.

«Papel constructivo»

“Esperamos que Estados Unidos y los talibanes mantengan el impulso para la negociación y apoyen el diálogo intraafgano para la reconciliación nacional, la paz y la estabilidad en una fecha temprana. China continuará desempeñando un papel constructivo con este fin”, ha aseverado Shuang.

En este punto entran en juego los intereses del gigante asiático en que culmine con éxito el proceso de paz en Afganistán, un país que actualmente se encuentra inmerso en una campaña electoral preparando los comicios presidenciales, que se celebrarán el próximo 28 de septiembre. La violencia ha marcado el curso de la campaña, con atentados atribuidos a los talibanes que se han producido, incluso, en mítines de los candidatos. El último ataque, sin embargo, habría sido responsabilidad de las Fuerzas Armadas afganas que, en una operación anti-talibán, dejaron 40 víctimas mortales, todas ellas civiles, que asistían a una boda en un edificio adyacente a donde estaba teniendo lugar la incursión militar.

Por ello, que la situación en Afganistán se estabilice es una prioridad para la política exterior de China. Según explica la analista Kristin Huang en South China Morning Post, “China está ‘impulsando’ el proceso de paz en Afganistán para proteger los intereses de ‘Belt and Road’”, una iniciativa (BRI, por sus siglas en inglés) adoptada por el Gobierno chino para el desarrollo de infraestructuras en 152 países y organizaciones internacionales localizados en Asia, Europa, África, Oriente Medio y el continente americano. La decisión de adoptar un nuevo impulso desde Pekín coincidió en el tiempo con el anuncio de Washington de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán, lo que iba a dejar un vacío de control en el país que presumiblemente incrementaría los niveles de inestabilidad.

En este sentido, el ex embajador de Pakistán en Afganistán, Qazi Humayun, ha explicado a Nikkei Asian Review, que “un acuerdo de paz permitirá a China expandir sus lazos económicos con las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central sin salida al mar, por medio de la utilización de nuevas rutas a través de Afganistán y reforzando la BRI”.

Corredor económico

En el marco de la BRI, China ha desarrollado el denominado Corredor Económico China-Pakistán, un proyecto que también forma parte de la política exterior del gigante asiático sobre la región, definida por un gran desembolso en inversión. Así, por ejemplo, China se configura como el mayor inversor extranjero en Afganistán, recuerda Huang.

Dentro del Corredor, cabe destacar el papel desempeñado por el puerto marítimo pakistaní de Gwadar, cuya licencia de construcción fue concedida a China. De acuerdo con el experto Santiago Mondéjar, “la perspectiva de la inversión masiva de China en el desarrollo de infraestructura en la estratégica región norte de Pakistán […] permite a China albergar la aspiración plausible de consolidar su establecimiento estratégico en la zona de Gilgit, fronteriza con la antigua república soviética de Tayikistán”.

Otro de los planes del Ejecutivo chino para la región que estaría sobre la mesa es la construcción de una nueva red de carreteras para unir Asia Central con el Corredor Económico China-Pakistán, según declaró el analista de política exterior paquistaní, Farooq Hameed Khan a Nikkei Asian Review el pasado mes de agosto.

La buena sintonía entre los tres países -China, Afganistán y Pakistán- ha quedado materializada el pasado 7 de septiembre, cuando se reunían en la capital paquistaní, Islamabad, el ministro de Relaciones de Exteriores de China, Wang Yi; y sus homólogos de Afganistán, Salahuddin Rabbani; y de Pakistán, Shad Mahmood Qureshi, con motivo de la tercera edición del Diálogo de Ministros de Relaciones Exteriores China-Afganistán-Pakistán. “Los tres países son vecinos cercanos con un futuro compartido […] Los tres países comparten las aspiraciones de salvaguardar la paz regional y lograr una estabilidad duradera, la necesidad de impulsar el desarrollo de Belt and Road y la conectividad regional”, declaró en aquel momento el responsable de Exteriores chino.

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