Así es el plan de escape de Kabul: un avión para los traductores y otro para policías y personal

La odisea de sacar a los españoles y colaboradores afganos de Kabul ni siquiera ha comenzado. El tercer avión, un A-400 medicalizado, ha despegado de España camino a Dubai, y el primero ya se encuentra en Kabul. El Ministerio de Defensa ha hecho un esfuerzo de coordinación y uso de medios importante ya que la operación de rescate y evacuación en tierras afganas no depende de nuestro Ejército y, además, el plan inicial ha ido cambiando sobre la marcha. Ahora que Estados Unidos, controlador absoluto del espacio aéreo afgano, ha dado luz verde, arranca una operación de cuyos detalles ha tenido conocimiento este diario.

Para empezar, el primero de los Airbus A-400 de la Fuerza Aérea Española, una bestia aérea con 120 plazas disponibles para pasajeros y una enorme capacidad de carga, será el encargado de sacar del país a tres ciudadanos españoles, tres civiles que se encuentran en Afganistán, y a todo el personal local que durante los últimos 20 años haya colaborado con la misión militar española y cuya relación todavía siga vinculada a nuestro país.

España ya regularizó la situación de varios de varios de estos colaboradores, principalmente traductores y sus familias, en los años 2014 y 2015, cuando se les dio asilo a varios de ellos y a los que quisieron permanecer el Afganistán se les gratificó económicamente por los servicios prestados. Ahora, con el regreso del régimen talibán, ya nadie quiere quedarse en el país y durante los últimos días son legión los que viajan desde varias partes del país hasta Kabul para tratar de entrar en el aeropuerto.

Sin embargo, desde la reaparición talibán no está siendo fácil moverse en el país. Como ejemplo el vídeo al que ha tenido acceso OKDIARIO y en el que puede verse al personal policial de la embajada de España siendo trasladado hasta el aeropuerto afgano a bordo de un helicóptero de los marines estadounidenses. Con diferencia entre los aliados son los americanos los que cuentan con el mayor número de recursos en la zona y por eso pudieron ponerlos al servicio de los policías españoles.

Un total de 17 agentes del GEO y las UIP que desde que llegaron al aeropuerto tienen la misión de conservar y proteger los espacios seguros de trabajo para los empleados de la embajada y el pasillo de seguridad del que dispondrán para el embarque. Para este trabajo cuentan con el apoyo de militares españoles que ya se encuentran en Kabul y de los que han volado a bordo de las aeronaves fletadas ex profeso para esta operación.

El primer plan se modificó

De hecho, uno de los primeros planes sobre la mesa fue la búsqueda de un aeródromo cercano a Kabul que sería asegurado por militares españoles y a donde serían conducidas las personas que hay que traer a España. Las dimensiones de la pista de aterrizaje y la fragilidad de la situación en la zona hicieron descartar esa opción y por eso Kabul será el lugar de llegada y salida de nuestros A-400.

El primero de esos aviones deberá embarcar a todas las personas que sean identificadas y autorizadas por el personal de la Embajada. Y no se trata solamente de traductores. Vigilantes de seguridad, cocineros, asistentes domésticos, chóferes… todo aquel que tenga una relación laboral en vigor con la misión española tiene derecho a pedir asilo y ser evacuado del país, pero lo harán si superan el cribado y la identificación necesaria por parte del personal de la embajada. El CNI también está inmerso en estas labores porque más allá del evidente drama humanitario hay que velar por la Seguridad Nacional de España ante una previsible llegada masiva de personas en esos vuelos.

Defensa quiere evitar en la medida de sus posibilidades la imagen ofrecida por otros ejércitos en la zona, como le sucedió a Alemania, muy criticada por usar un avión militar de carga para sacar sólo a siete personas del país. Peor incluso fue la imagen ofrecida por otros países miembros de la alianza que han dejado literalmente tirados a los afganos de los que se han valido hasta el último momento.

El Ministerio de Defensa se resiste a dar más detalles del operativo de rescate al considerar la situación del aeropuerto de Kabul extremadamente complicada. Lejos de lo que aseguró el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el aeropuerto de Kabul es de todo menos seguro.