¿Cómo se hace?
Plantas

El cuidado del hibisco, una de las plantas que da más luz y vida

Los arbustos son una opción ideal para la decoración de la casa y los jardines. Hay muchas alternativas dentro de esta clasificación, pero sólo algunas se destacan por la belleza de sus flores. Al ser un muy buen ejemplo de éstas, te proponemos analizar el origen, las características y cómo cuidar el hibisco. Es una de las grandes elecciones que puedes hacer para darle vida a tu casa.

También llamado Cayena o Rosa de China en otros países hispanoparlantes, y de nombre científico Hibiscus Rosa-Sinensis, debemos empezar diciendo que esta especie proviene de Asia Tropical y pertenece a la familia de las Malváceas o Malvaceae.

Aspectos generales del hibisco

Este arbusto se coloca normalmente en el exterior de las viviendas, y destaca por su exuberante floración durante el verano. Aquellos que se decanten por él deben trabajar en mantenerlo en buen estado para asegurarse de que las flores no decaigan.

Los cuidados del hibisco no son difíciles si le dedicas algo de tiempo, y en general soporta bien todos los climas posibles. Idealmente, puede alcanzar los cinco metros de altura. Pero si lo cultivas en una maceta, casi nunca superará los dos metros.

Luz y temperatura

La climatología perfecta para esta especie contempla una temperatura media de 15°, y hay que protegerla del frío y de las heladas. Conviene dejarla en un espacio soleado durante las primeras horas del día para que quede en la sombra conforme el sol se mueva.

Riego y abono

Es un arbusto que demanda un riego abundante. Lo reclama sobre todo a lo largo del verano, cuando necesita el agua para florecer. Procura que el suelo esté húmedo pero sin excederte y encharcarlo. Si en invierno lo trasladas al interior, rocía sus hojas a diario. Por otro lado, los últimos días de primavera sería recomendable añadirle un poco de fertilizante granulado de liberación lenta.

Poda

Debes deshacerte de las viejas ramas que tienen problemas de desarrollo, y dejar únicamente aquellas en excelentes condiciones. Evitarás que el arbusto desperdicie energía y lograrás que la concentre en los nuevos brotes. Hazlo en los meses de abril o mayo.

Plagas y enfermedades

Hay ciertos factores externos que atentan contra la vida del hibisco. Entre ello los pulgones, las cochinillas y las arañas rojas. Excepcionalmente, este arbusto podría ser atacado por otros insectos como la mosca blanca o la abeja serradora de hojas.

Curiosidades finales

Por último, en África se prepara una infusión de hibisco rojo. A las hojas secas en agua hirviendo se les agrega miel o azúcar. Enfriada la infusión tras reposar unas horas en la nevera, se sirve sola o con hielo. Algunos la acompañan con zumo de naranja.