Historia

Hallazgo histórico: la pareja que falleció atrapada en una habitación sellada por la lava

Pareja que murió atrapada en Pompeya
Pompeya.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Pompeya, una próspera ciudad de la antigua Roma, fue sepultada por la violenta erupción del Vesubio en el año 79 d.C., que la cubrió de cenizas, preservando sorprendentemente sus edificios, decoraciones y restos humanos. Fundada por los oscianos en el siglo VII a.C., Pompeya floreció con palacios, templos y jardines. Sin embargo, tras un devastador terremoto en el año 62 d.C., la ciudad apenas comenzaba su reconstrucción cuando el volcán la enterró por completo. Redescubierta en el siglo XVI y excavada desde 1748, hasta la fecha se han desenterrado más de 45 hectáreas de terreno.

En la actualidad, Pompeya ofrece una visita impresionante, con templos, el foro, termas y lujosas casas decoradas con frescos y mosaicos. Uno de los lugares más curiosos es el lupanar, un antiguo prostíbulo con frescos eróticos y camas de piedra. Además, los visitantes pueden ver los escalofriantes moldes de los cuerpos de ciudadanos atrapados por las cenizas, conservados en sus últimas posturas de pánico, lo que añade un aspecto trágico y humano a la experiencia de conocer esta ciudad.

La fascinante historia de Pompeya

Pompeya es un yacimiento arqueológico de gran importancia histórica. Fundada posiblemente en el siglo VII o VI a.C. por los oscianos, fue una vibrante ciudad del Imperio Romano que floreció hasta su devastación en el 79 d.C. por la erupción del Vesubio.

Bajo el dominio romano, Pompeya floreció, destacando en el comercio, el arte y la arquitectura, con importantes estructuras como un anfiteatro, un acueducto y numerosos templos. Su proximidad al Mediterráneo y la fertilidad de sus tierras, gracias a las cenizas volcánicas, contribuyeron al crecimiento económico de la ciudad, que en su apogeo albergaba a unos 15.000 habitantes.

A finales de agosto del año 79, una serie de pequeños terremotos precedieron a la erupción del Vesubio, pero los habitantes de Pompeya, acostumbrados a los temblores, no se sintieron alarmados. Sin embargo, la erupción liberó flujos piroclásticos que cubrieron la ciudad con ceniza y lapilli, sepultando a miles de personas y paralizando la vida en Pompeya. Plinio el Joven describió la escena como «llamas iluminando el Vesubio en medio de una oscuridad más espesa que cualquier noche».

Las excavaciones en Pompeya comenzaron en 1748, revelando un asombroso nivel de conservación. Se desenterraron edificios, objetos y frescos policromados en perfecto estado, algunos mostrando las primeras representaciones del bodegón y escenas de la vida cotidiana. En 1863, el arqueólogo Giuseppe Fiorelli descubrió cavidades en la ceniza con formas humanas, que resultaron ser moldes de las víctimas de la erupción. Al rellenarlas con yeso, se obtuvieron representaciones detalladas de los últimos momentos de las personas y animales que murieron en Pompeya.

Durante más de un siglo, se pensó que las víctimas habían muerto por asfixia. Sin embargo, un estudio multidisciplinar publicado en 2010, liderado por el vulcanólogo Giuseppe Mastrolorenzo, reveló que los pompeyanos fallecieron al instante debido a las altísimas temperaturas de entre 300 y 600 grados Celsius. Los cuerpos presentan «cadaveric spasm», una postura que indica una muerte instantánea por calor extremo, no una agonía prolongada.

Este descubrimiento no sólo cambió la comprensión de la tragedia de Pompeya, sino que también planteó preocupaciones sobre el riesgo de futuras erupciones del Vesubio, que podrían ser igual de devastadoras que la de hace casi 2.000 años. Hoy en día, Pompeya sigue siendo un lugar de estudio y un destino turístico popular, donde los visitantes pueden conocer las ruinas de la ciudad.

La pareja que murió en una habitación

Recientemente, las excavaciones han revelado el hallazgo de dos nuevas víctimas, un hombre y una mujer. Estos cuerpos fueron descubiertos en una pequeña habitación que, aparentemente, había sido utilizada como dormitorio temporal durante las obras de renovación de la casa en la que se refugiaron. La pareja quedó atrapada en la habitación mientras intentaba protegerse de la lluvia de lapilli, el material volcánico que llenaba los espacios abiertos del hogar.

El hallazgo es significativo no sólo por los restos humanos, sino también por los objetos que acompañaban a la mujer, quien portaba consigo varias monedas de oro, plata y bronce, además de algunas joyas, incluidas piezas de oro y perlas. Este pequeño tesoro, que posiblemente la mujer intentaba salvar durante la catástrofe, ofrece una ventana valiosa a la vida cotidiana y los hábitos de los antiguos pompeyanos.

Gracias a las huellas en las cenizas, los arqueólogos han podido reconstruir la disposición de los muebles de la habitación, que incluía una cama, un arcón, un candelabro de bronce y una mesa de mármol. Estos hallazgos permiten una mejor comprensión del entorno doméstico en Pompeya, según explicó el director del parque arqueológico, Gabriel Zuchtriegel. Además, la excavación proporciona valiosos datos antropológicos que ayudan a enriquecer el conocimiento sobre las víctimas de la erupción y su trágico destino.

Sin lugar a dudas, Pompeya es un testimonio fascinante y trágico de la vida romana antigua, preservada de manera única por la erupción del Vesubio.

Lo último en Historia

Últimas noticias