Historia de España

Así fue la sangrienta rebelión de las Alpujarras

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'La expulsión de os moriscos' 1894. Gabriel Puig Roda

El pasado año 2018 se cumplieron 450 años desde que se iniciara en España, concretamente en la Granada, la conocida como la rebelión de las Alpujarras. Una cruenta contienda que enfrentó a los cristianos del Reino de España con Felipe II como rey y a los moriscos que se asentaron en este enclave montañoso de la provincia de Granada.

Una guerra que se inició en 1568 y que duró hasta el año 71, y que supuso un verdadero quebradero de cabeza para el rey Felipe II que acabó nombrando a su hermano, Juan de Austria jefe del ejercito para contener a unos pobladores violentos y cansados de las humillaciones que habían sufrido en los últimos años.

Orígenes

La rebelión de las Alpujarras comienza en el 1568, cuando se produjo una sublevación violenta en las montañas granadinas. Antes, desde 1560 aproximadamente, ya se habían datado algunos ataques berberiscos en las costas del reino, en un avance de las tropas otomanas hasta nuestro país a través del Mediterráneo.

Los moriscos de la zona llevaban años sufriendo un aumento de la confiscación de bienes por parte de la corono, así como una enorme presión fiscal que les obligaba a pagar altas sumas de dinero para el reino. Algo que resultó realmente insoportable para ellos.

El momento de inflexión llegó cuando en 1566 expiraba la prórroga que Carlos V había impuesto en la zona, y que Felipe II amplió un año más debido a que ya se tenían noticias de la práctica del Islam en este enclave.

Estas medidas no fueron bien vistas por los lugareños, que ya se encontraban en una situación límite y habían protagonizado algunas revuelta aislada. La buena actuación de personajes como el marqués de Mondéjar, así como de algunos capitanes del reino, fue clave para mantener unos años más este sistema de status quo, pero en la Navidad de 1568, los ciudadanos estallaron.

Una rebelión sangrienta

La rebelión de las Alpujarras se llevó a cabo en varias fases. Al principio de la contienda, en las zonas montañosas de la Alpujarra, poblada mayoritariamente por moriscos, proclamaron rey a Hernando Córdoba y Valor, conocido por Aben Humeya. El marqués de Mondéjar intentó llevar a cabo diferentes pactos con los sublevados, sobre todo con sus facciones más moderadas, en pos de mantener una paz que parecía escaparse.

Por otro lado, el marqués de Vélez inició contienda el este de la Alpujarra, en Terque. Pero la enemistad entre los dos marqueses enquistó las actuaciones en la zona, por lo que los sublevados cogieron más fuerza y se llevó a cabo cruentos ataques contra cristianos viejos del lugar.

Mientras iban conquistando territorios, los moriscos sublevados instauraban la cultura musulmana en estas zonas, cada vez más cerradas a negociar con el reino español.

La segunda parte de la rebelión de las Alpujarras comenzó en 1569. Los sublevados comenzaron a tener apoyo exterior, mayoritariamente llegado desde Argelia, y se hicieron con Berja, lugar clave de los dominios del marqués de Vélez.

Debido a esto, Felipe II, dado el cariz internacional que estaba empezando a tomar la contienda decidió tomar medidas drásticas y en 1570 destituye como Capitán General de Granada al marqués de Mondéjar para poner a su hermano Juan de Austria al frente.

Desde las primavera de 1570 hasta un año después, en 1571, Juan de Austria se centró en las Alpujarras con destreza y violencia contra los sublevados. Se cuenta en los textos, que el hermano del rey destruyó casas, campos, mató a muchos hombres e hizo prisioneros a niños, ancianos y mujeres moriscas que encontró a su paso.

Las rendiciones moriscas fueron masivas durante esta época, pero un buen número de rebeldes siguió dando la batalla. Escondidos en cuevas de la Alpujarra, protagonizaron algunos ataques contra los cristianos españoles, pero poco a poco fueron sucumbiendo al poder de Juan de Austria y sus vengativas tropas.

A finales de 1571 la revuelta se pudo dar por finalizada cuando las tropas españolas se hicieron con el Fuerte de Juviles, y los propios moriscos mataron a uno de sus generales, Aben Adoo, que fue asesinado en una cueva de Bérchules en marzo de 1561.

 

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