Un soltero de ‘First Dates’ se define ante su cita como «un otaku de núcleo duro»
Javier y Katia se convirtieron en dos de los protagonistas de la noche


Una noche más, First Dates abrió las puertas de su restaurante con el objetivo de ayudar a sus participantes a encontrar el amor. Recientemente, el público de Cuatro tuvo la oportunidad de conocer a solteros como Javier, un informático madrileño de 30 años al que le apasiona el mundo manga.
Pero, el amor del soltero por el manga le ha pasado factura en el plano sentimental. «Hay gente que lo ve como si fuera algo malo y me han rechazado por simplemente gustarme eso», confesó en su presentación. Asimismo, señaló que, durante los últimos seis años, ha estado enamorado de una mujer que no le ha correspondido de la misma manera.
Cansado de fracasar con las mujeres, Javier se adentró en la aventura de First Dates para probar suerte. Fue entonces cuando llegó Katia, una recepcionista de 36 años, que había tenido buenas experiencias amorosas en el pasado. Sin embargo, y aunque no tenía quejas de sus ex parejas, el destino la seguía manteniendo soltera. «Me he sentido afortunada», comentó sobre sus ex novios.
La primera impresión entre la pareja de solteros fue un poco dispar. Pues, mientras Javier no dudó en manifestar lo encantado que estaba con su cita, ella, por el contrario, no opinó lo mismo. «Lo veo muy chiquitín para mí, físicamente es muy bajito, no busco un hombre robusto pero…», comentaba Katia.
En la mesa, los participantes se pusieron al día con el objetivo de conocerse mejor. De esta manera, el comensal le contó que, a pesar de ser informático, sus estudios iniciales estuvieron relacionados con la arqueología. «Como he estado estudiando el paleolítico y el neolítico y todo se originó en África, me llama más la atención alguien con las facciones de Katia», dijo.
Katia sobre Javier: «Sus técnicas de ligar son más bien pobres»
Por mucho que Javier intentase alagar a su cita, ella no pudo evitar sentirse incómoda con tanta atención. «Sus técnicas de ligar son más bien pobres», afirmó la soltera a las cámaras del programa. «Su mecanismo de defensa ha sido hablar, hablar», agregó. Asimismo, y después de que el soltero le contó que era «otaku de núcleo duro», Katia se percató de que no tenían ni gustos en común.
«Su manera de hablar es como si no hubiera salido al mundo a explorar, a descubrir y es un poco resabido», comentó ella. «Creo que me complementaría muy bien porque es una persona más extrovertida y yo puedo ser más cerrado y ella lo compensaría», señaló el comensal.
Pero, por mucho que lo intentaba, la soltera tenía muy claro que no tendrían un futuro juntos. «Le falta vivir un poco sin pensar tanto», aseguraba. Así pues, en la decisión final de First Dates, el comensal sí quiso seguir conociendo a su cita en un segundo encuentro. Pero, Katia se negó en rotundo y alegó que necesitaba a alguien con «más vidilla».
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