La mujer más importante de ‘Pasapalabra’ desvela lo que ocurre tras las cámaras

Pasapalabra se ha convertido en el programa líder de las tardes en televisión y que se ha ganado el cariño del público, aunque su dificultad hace que no cualquier persona pueda participar en él. Una de las responsables de lo que pasa es Lucía Sesma, la lingüista que tiene el poder en el momento que haya dudas con las respuestas de los concursantes.

Trabajar con las palabras y las definiciones provoca que en muchas ocasiones haya momentos de duda en los que sea necesario recurrir a un experto. Esta función es especialmente importante en el Rosco, donde las dudas pueden hacer perder millones de euros a los concursantes, es por eso que el programa recurre a una experta en lenguaje que está presente en todos los programas.

 

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Su trabajo comienza al supervisar el trabajo de los compañeros de guion, que son los que preparan las pruebas, especialmente en las que los concursantes reciben la ayuda de varios famosos. Su misión en este caso es  «que esté lingüísticamente todo bien, equilibrado».

Sin salir antes las cámaras, se trata de una de las personas más importantes del programa y que no podrían faltar en las grabaciones. «Estoy junto al director en control para determinar si lo que responden es correcto o no», desvela a la web de Antena 3.

Muchos espectadores seguro que se preguntan qué ocurre si hay dudas con algunas palabras o respuestas, es en ese momento cuando su puesto se vuelve imprescindible. «Paramos un momentito, verificamos y decimos si es correcto».

Lo cierto es que muchos participantes demuestran tener un enorme nivel con algunas de sus respuestas llegando a poner en aprietos al equipo: «Te sorprenden cosas que tú no habías pensado que podían ser». En ese caso, necesita tener previsto que puedan dar alguna respuesta que puedan no estar en el diccionario, pero que cree dudas, es ahí cuando tendrá que consultar sus fuentes.

El dato que muchos se preguntan es dónde se consulta, algo que Lucía Sesma también aclara: «Manejamos el diccionario de la RAE y el María Moliner, son nuestras fuentes». Es cierto que suele haber quejas entre los espectadores porque «es verdad que en el habla se dicen otras palabras, con otros usos», pero asegura que su obligación es «delimitarlo de alguna manera» para evitar polémicas.