Más sanos, pero disfrutones: las bebidas low-alcohol (o sin él) llega para quedarse
Aunque a los más mayores, que si pensamos en juventud nos viene a la mente la imagen de botellones sin fin ni horizonte, creamos lo contrario, lo cierto es que los más jóvenes beben menos que los millennial, que ya no son tan tiernos y peinan canas y crían niños. Será porque las nuevas generaciones tienen las redes sociales y, próximamente, el metaverso ese para evadirse de la realidad. Pero lo cierto es que hay una sana tendencia a beber menos alcohol, o nada que lo contenga en absoluto.
Claro está, beber es un acto social en todas las culturas. Con el gaznate seco no se habla, ni se reúne nadie. La bebida es un ritual omnipresente que casi margina a quien no se sumerge en él. Por eso, las corporaciones de todo tamaño y los hosteleros llevan años, y más ahora, pergeñando nuevos productos que den de beber al sediento y no le embolinguen. Las bebidas con alcohol no serán sanas, pero en general están muy buenas. Así que no faltan opciones low-alcohol, o con poca graduación en cristiano, que tienen ese toquecito sin muchas consecuencias.
Los abstemios (temporales, como embarazadas, lactantes y conductores, o permanentes) también encuentran un abanico amplísimo de alternativas. Otra razón por la que triunfan estas opciones ligeras, y muy importante, es que suelen tener muchísimas menos calorías que las “agüitas animadas”. Que con esto de los vuelos baratos, la operación bikini es todo el año.
El primer sector que se tomó muy en serio esto de las alternativas saludables fue el cervecero. Ámbar fue la primera que sacó una cerveza sin alcohol en España, en 1976. Poco a poco, el resto de productores fueron al rebufo, de manera que ahora somos el país del mundo que más cerveza sin alcohol bebe y, dentro de Europa, el que la produce en mayor medida. Hay un universo de posibilidades, muy bien completado por la irrupción de la categoría de cervezas 0,0, que no tienen ni gota de alcohol.
Aunque, en general, ese puntito que tienen las ‘sin’ hace que, organolépticamente, estén mejor acabadas, hay marcas que trabajan muy bien esta tipología. Por ejemplo, la tostada 0,0 de Estrella Galicia está muy bien conseguida y resulta agradable de beber. Estén seguros que en los próximos años seguirá creciendo esta categoría, en dos sentidos: más sabores y cervezas para abstemios de tipo premium. Que sí, que además de las tipo Shandy, los bebedores, cada vez más experimentones, tienen ganas de probar cosas nuevas.
En nuestro periplo por Salón Gourmets, descubrimos novedades tan sorprendentes como una cerveza baja en alcohol de Isla verde, con ingredientes locales de La Palma: maracuyá y una mezcla de pitayas blancas y rojas. Luego está el tema de las sangrías y tintos de verano, la resistencia de aquellos que no son cerveceros y quieren socializar sin tener que tomar cerveza, cuyo sabor no les convence (o les empacha, que son muchos).
Los amigos de La Casera (esa bebida que sabe a verano y a infancia feliz) tienen un excelente tinto de verano embotellado con un poquito de graduación (y limón, para el que lo prefiera) y alternativas 0,0 que resultan muy agradables de beber. También es muy curiosa, por cierto, la que elaboran con verdejo. Explorando por ahí, también sorprenden los avances en esto de las sangrías ya preparadas, cada vez más ricas. Hace no mucho, catamos unas de Sangría Republic, con sabores tan especiales como pomelo rosa y enebro, flores de yuzu y Jamaica o naranja y canela.
También hay buenas opciones en el mundo de los vinos sin alcohol, o mejor dicho, desalcoholizados. No voy a decirles que su disfrute les va a transportar a los matices de un buen vino que mantiene su alma etílica intacta, pero hay un creciente número de bodegas que hacen cosas cada vez más interesantes, jugando con las variedades y los coupages.
El mundo de los Hard Seltzer (bebidas con soda y una graduación de alcohol parecida a la de la cerveza) también está creciendo como la espuma. Se obtienen fermentando caña de azúcar o malta, o bien añadiendo alcohol neutro o fermentando fruta.
Aquí desembarcaron no sin polémica, porque algunos desaprensivos las empezaron a vender como refrescos, con el consiguiente peligro de que llegase a manos demasiado jóvenes, y hasta a dotarlas de ciertas propiedades. Hoy, la mayoría se posicionan como bebidas de baja graduación alcohólica con menos calorías y muchos, muchos sabores. Están buenas las Topo Chico y Glowy (de Coca-Cola y Mahou, respectivamente) y hay opciones más indie como Phunk, directamente de Portugal con miras a conquistar al europeo del sur. Pero ojo: tengan en cuenta que sí tienen graduación y que no deben llegar a menores.
El mundo del aperitivo también está trabajando con éxito esta tendencia. Martini ya sacó hace años dos opciones sin alcohol; recientemente hemos descubierto una firma gallega, Gurung Aperitivo que se inspira en la hidromiel para un aperitivo suavecito (10 %). Resulta de la fermentación de miel artesana de Galicia, zumo de naranja natural y levaduras autóctonas, macerado con una combinación de especias, cítricos y botánicos procedentes de la Ribeira Sacra. Es una bebida muy agradable y fácil de beber, perfecta para combinar o disfrutar bien fría. Los gallegos, las cosas como son, cada vez sorprenden más y mejor en todos los sectores.
Los que no quieran ver el alcohol ni en pintura, ciertamente, cada vez lo tienen más fácil. Hasta los cocteleros saben que la gente quiere salir, disfrutar y controlar sin líos con la Guardia Civil ni accidentes, así que también hay un franco auge de los mocktails. En el madrileño DPICKLE ROOM (ubicado en la planta sótano de DSPEAK, de Diego Guerrero), Diego Cabrera, alma de Salmon Guru y bartender que es el perejil de todas las salsas del mixology, prepara unos excelentes combinados para abstemios sibaritas (y también en todos sus locales propios, claro).
Otro buen sitio para disfrutar cuidándose, que ahora también tiene la terraza abierta, es Tepic. Es de los pocos sitios de Madrid en los que se pueden saborear verdaderas aguas de frutas, refresco mexicano a base de agua y jugos de fruta natural. Aquí las hay de mango, horchata y Jamaica, y con un acompañamiento delicioso de sus muchas maravillas inspiradas en el país norteamericano.
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