Yolanda Díaz estuvo más de un día en Italia en su viaje en Falcon para verse 40 minutos con el Papa
No fue una visita relámpago, ni mucho menos. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, de Unidas Podemos, y su séquito estuvieron en suelo italiano 26 horas los pasados viernes y sábado para verse con el Papa Francisco en una audiencia «privada» que duró 40 minutos.
Y ello en un viaje de ida y vuelta realizado a bordo del Falcon, avión de las Fuerzas Armadas españolas, pese a tratarse de una reunión que no había sido concertada por Moncloa con la Santa Sede, dentro de relación institucional, sino solicitada por la comunista Yolanda Díaz a título particular. De hecho, la competencia de la diplomacia con el Vaticano recae en el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, sucesor de la vicepresidenta Carmen Calvo en este menester. De ahí que el Papa Francisco preguntara el sábado a Yolanda Díaz por la propia Calvo.
En concreto, Díaz y su comitiva volaron el viernes al aeropuerto de Roma-Ciampino el viernes a las 16.11 horas desde la base área de Torrejón de Ardoz, en Madrid. Es decir, el día de la víspera de la «audiencia privada» con el Papa, programada para las 11.00 horas del sábado 11 de diciembre en en la Biblioteca Apostólica de la Ciudad del Vaticano, según recogió la propia web oficial de Moncloa pese a no realizarse tal encuentro en representación diplomática del Ejecutivo español.
Yolanda Díaz no tuvo nada en agenda pública aquella tarde-noche del viernes tras aterrizar en el citado aeropuerto de la Ciudad Eterna. ¿Por qué no viajó Díaz el mismo sábado a Roma? La ministra y su equipo pasaron allí la noche.
Ya el sábado, el día del encuentro, las crónicas vaticanas coinciden en que la estancia de Yolanda Díaz y su equipo con el Santo Padre duró unos 40 minutos. En este espacio de tiempo, la vicepresidenta pudo charlar a solas con el Pontífice, intercambiarse regalos y luego posar para la foto que inmortalizara el momento.
Díaz estuvo acompañada por la embajadora de España ante la Santa Sede, Carmen de la Peña, y por el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez, entre otros miembros de su equipo, incluida su directora de prensa, Virginia Uzal.
La vicepresidenta comunista regaló al Papa una copia del libro de poesía en gallego Follas Novas, escrito por Rosalía de Castro, así como una estola fabricada con material reciclado y bordada por religiosas de las Carmelitas Descalzas de un convento de Alcalá de Henares (Madrid). Francisco, por su parte, le entregó un rosario, varios libros y copias de sus principales textos magisteriales, como hace habitualmente cuando recibe a los mandatarios.
Ningún acto más
Al término de la audiencia, Yolanda Díaz ofreció declaraciones a los medios en la Plaza de San Pedro, donde afirmó: «Ha sido un encuentro muy emocionante y debo de ser respetuosa y no les voy a poder revelar el contenido de la conversación con el Santo Padre».
El sábado la agenda de Yolanda Díaz no tenía ningún acto oficial más. Tampoco apareció la ministra comunista en ninguna convocatoria de su partido o de fuerzas amigas italianas. Sin embargo, el vuelo de regreso a España -otra vez en Falcon- no partió del aeropuerto de Ciampino-Roma hasta las ocho de la tarde del sábado, es decir, ocho horas después de haber concluido su audiencia con el Papa.
«Hasta el último céntimo»
A través de respectivas iniciativas parlamentarias, Partido Popular y Ciudadanos han exigido explicaciones a la ministra sobre este viaje realizado a una audiencia «privada» a bordo del Falcon, es decir, a costa del contribuyente. De igual modo, el ex diputado de Cs ahora en el Grupo Mixto, Pablo Cambronero, ha formulado al Gobierno varias preguntas escritas sobre los gastos que generó el desplazamiento y alojamiento de la comitiva de Yolanda Díaz. En la exposición de motivos del escrito, Cambronero remarca que el «dinero público debe fiscalizarse, hasta el último céntimo».