Vicente Gil: «Llaman discapacitada a Ayuso y subnormal a Feijóo, pero según Yolanda es un calentón»

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Se llama Engracia Rivera y es el prototipo de la izquierda española sectaria, burra, odiadora y guerracivilista. Engracia es comunista. Es del Partido Comunista. Ese residuo totalitario de cualquier democracia, que en una democracia avanzada normal sería puro lumpen pero que en España está en el Gobierno.

Engracia es diputada de Yoli en el Congreso. De eso que llamaron Sumar y que es, más bien, Restar. Ese chiringuito que se inventó Yoli, visto que Pablo y su secta podemita se hundían, para seguir viviendo del cuento, enchufar a amiguetes comunistas y llevarse una pasta. Como la propia Yoli y su ático de 400 metros cuadrados del Ministerio de Trabajo en el que vive y plancha con descaro a costa de todos ustedes.

El caso es que la tal Engracia debe de ser una ignorante o una sectaria. O las dos cosas a la vez, que es lo que le suele pasar a esta izquierda nuestra casposa y atrasada. Porque hay que ser muy torpe o muy fanática para llamar «subnormal» a Feijóo, el mismo día en que vas a votar en el Congreso la eliminación de la palabra «disminuidos» de la Constitución. La materia gris de Engracia no debe dar para más. No sabemos quién marca ese nivel para ser diputado de Sumar. Aunque escuchando a Yoli y su Libro Gordo de Petete diario tampoco extraña.

Porque después de llamar «subnormal» a Feijóo y de votar a favor de la reforma constitucional que cambia «disminuidos» por «personas con discapacidad», a Engracia se le ha ocurrido darle «me gusta» al comentario de un militante del PC de Sevilla que llama «discapacitada» a Ayuso. El tal militante está a la altura intelectual de Engracia. Su cuenta en redes sociales se llama Ucrania Antifascista y es un baúl de naftalina reaccionaria a favor de Fidel Castro, Yaser Arafat, el Poder Popular y todas esas chorradas del comunismo fracasado que han costado 150 millones de muertos y decenas de millones de torturados y pobres, incluidos los millones de ucranianos a los que Stalin mató de hambre después de intentarlo Lenin.

¿Ha dicho algo Yoli de Engracia? No. ¿Ha exigido su dimisión? No. ¿Ha habido horas de tertulias dedicadas a esto como a lo de Rubiales? No.

La izquierda española calla porque Engracia les representa. Porque la izquierda española es una fábrica de odio reaccionario intentando ganar la guerra civil casi un siglo después, sin aceptar que la perdieron.

Esta es la hora en la que, por supuesto, nadie ha exigido a Engracia, aunque sólo sea por torpe, que dimita y que deje de cobrar como diputada los 72.000 euros que cobra. En su defecto, nosotros proponemos, modestamente, a Engracia que no dimita pero que no vaya al Congreso y que siga cobrando.

Esto último tampoco sería nada nuevo para la comunista Engracia. Porque la comunista Engracia resulta que, según publicamos, ha cobrado del Ayuntamiento de Sevilla, durante 2023, 4.100 euros al mes sin ir a trabajar. ¿Era Engracia la alcaldesa de Sevilla? No. Porque desde junio gobierna el PP, que tendría que hacérselo mirar. Engracia era, simplemente, vocal del Tribunal Económico Administrativo del Ayuntamiento de Sevilla. O sea, que un vocal del Tribunal Económico Administrativo del Ayuntamiento de Sevilla se lleva 4.100 euros al mes. Y sin currar.

Esta es la izquierda vividora que tenemos, que se llena la boca con la defensa de «lo público» y que lo único que defiende, como la casta sindical, son sus chollos, subvenciones y sueldos a costa del trabajo del ciudadano, chupando pasta de todos ustedes hasta la extenuación y sin un ápice de ética.

Esta es la izquierda corrupta que Yoli, Enrique de Santiago (abogado de narcoguerrillas colombianas) y la tal Engracia representan perfectamente. Son apparátchik comunista hablando de «la gente» para acabar viviendo, a su costa, en un casoplón de Galapagar. Una estafa.

Engracia es un chollo, un pozo sin fondo, para nosotros. Por eso no queremos que se vaya. En otro comentario tras el desfile de la Fiesta Nacional del 12 de octubre de 2019 escribió quejándose: «Que ese legionario rechoncho no se haya llevado una hostia … A esta gentuza no les aplican la Ley Mordaza».

O sea que Engracia es, además, «gordófoba» (que diría la añorada Pam), violenta e injusta. Gordófoba porque llamó «rechoncho» al militar queriendo insultarle; violenta por la hostia que recomendaba darle e injusta porque Engracia no es precisamente una Sílfide. Busquen a Engracia en Google y lo entenderán. Nosotros nunca, en honor a la verdad, podríamos llamarle «rechoncha».

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