Crisis del coronavirus

Un teniente coronel en la reserva a Sánchez: «Jamás lealtad perruna al mentiroso»

Sánchez
El teniente coronel en la reserva Enrique Area.

El teniente coronel del Ejército de Tierra Enrique Area Sacristán, que se encuentra en la reserva, ha arremetido con dureza contra la petición de «lealtad institucional» que viene planteando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Considera, en un artículo de opinión, que lo que solicita el jefe del Ejecutivo es una «lealtad perruna» tras la que en realidad se encuentra el «servilismo».

Como mando en la reserva, el teniente coronel no ocupa ningún cargo en el escalafón militar y no se encuentra en servicio activo. Pero aún así, sus reflexiones plasmadas en un artículo de su blog personal en torno al concepto de «lealtad institucional» que reclama Pedro Sánchez a la oposición ya se están viralizando.

«La lealtad institucional es aquella cosa que uno reclama de los ciudadanos cuando es un impresentable y los susodichos se han dado cuenta. En los últimos tiempos se ha producido un mar de solicitudes de lealtad en el ámbito político de nuestro país. Una fuente inagotable de exigencia de tal cosa son las dos comunidades llamadas históricas que mientras tanto anuncian insumisión a todo lo que se menea», advierte en su última publicación el teniente coronel.

Insiste el autor del escrito que «a mí me asusta, desde hace tiempo, la lealtad institucional. Me interesa la lealtad al ciudadano, el cumplimiento íntegro de las penas de los que han delinquido contra la Hacienda Pública, la delación del político corrupto que está robando a los ciudadanos, la denuncia del gestor monstruoso que, por avaricia o incompetencia, causa gran desgracia a su alrededor».

«El problema del concepto «lealtad institucional» no radica en ese punto, sino en su torticera relación con el servilismo, la ocultación, la componenda y el amiguismo del alma. El concepto de lealtad está íntimamente vinculado al de fidelidad y honor», recuerda el teniente coronel.

Y pone ejemplos de esa teoría aplicados al momento político actual: «Un gestor incompetente reclama lealtad a su secretaria tras descubrir que falsea facturas. Un ministro solicita a sus subalternos lealtad institucional cuando ha incumplido una cuarta parte del aparato legislativo que le afecta. Un Jefe de Gobierno solicita lealtad a la oposición tras incumplir todas las razones por las que, actualmente, es jefe del Gobierno. Un jefe de la Oposición solicita lealtad al jefe del Gobierno tras descubrirse que todos los datos en los que se basan los cálculos económicos del país están falseados».

«¿Debemos ser leales a la canallada que perpetra el Gobierno con la cosa pública en el caso de los gastos de compras y contratos con ocasión del estado de alarma? ¿Debemos lealtad al político que aún tiene la desfachatez de predicar lo que se debe hacer cuando él pudo y no quiso? ¿Debemos cumplir con el deber de la lealtad ante el que nos ofende o nos perjudica? ¿Es lógico mantenerse leal al que engaña y lo mantiene?», se pregunta.

Sus conclusiones sobre esa «lealtad institucional» que ha venido reclamando el Gobierno en las últimas semanas son demoledoras. «Respetemos la lealtad que se debe a quien lo merece, pero jamás la lealtad perruna al injusto, al malintencionado, al incompetente, al mentiroso, al tramposo o al patán. Nunca se ha demostrado, pero yo intuyo que nos iría mejor.»

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