Sánchez sólo negocia la financiación con Torra: las otras regiones deben enviar sus planes por mail

Sánchez-Torra
Pedro Sánchez y Quim Torra se saludan (Foto: EFE).
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez sólo negocia la financiación autonómica con el golpista Quim Torra: al resto de representantes regionales les ha pedido que envíen por “mail” sus peticiones, propuestas y planes. Es decir, que las conversaciones para definir el futuro modelo de financiación de las comunidades autónomas sólo cuenta con un interlocutor.

Un único interlocutor del Gobierno, el president Torra, que es nada menos el que mantiene un golpe de estado separatista, el que ha recibido ya 90.000 millones de euros en asistencia procedente de todo el resto para evitar su quiebra, y el que acaba de anunciar -aprovechando el día en recuerdo de las víctimas terroristas del 17-A- que “hay que atacar al Estado”.

Las comunidades autónomas gobernadas por el PP aun no dan crédito al hecho de que se les haya solicitado que remitan sus peticiones por mail. “Algo que, evidentemente, va destinado a reducir la interlocución con todo el resto de territorios y a primar aún más el trato privilegiado que se está dando a la Generalitat de Torra, con quien no sólo se mantienen conversaciones, sino que hasta se ha restablecido la Comisión Bilateral para dejar claro que se da un trato de igual a igual”, explica una fuente conocedora de las negociaciones de la futura financiación autonómica.

La fórmula, además, no está siendo empleada exclusivamente con las regiones: también con los entes locales se ha puesto en marcha el sistema de envío de peticiones a un “correo electrónico”.

La materia que depende de estas negociaciones es una de las más delicadas, ya que se trata del mecanismo y reglas del juego que deberán determinar cómo se reparten los fondos nacionales entre todas las autonomías y los ayuntamientos. Y la limitación de las conversaciones privilegiadas a Cataluña da una idea de por dónde van a ir los tiros.

Sánchez ha replicado, de este modo, el modelo de negociación que estableció en su momento el también presidente socialista Rodríguez Zapatero para abordar el rediseño de la financiación autonómica y para incluirla en el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Pero Sánchez lo hace con un agravante. Y es que, en la época del Tripartito catalán y del Gobierno nacional de Zapatero no se había lanzado aún el golpe de estado separatista. Ahora sí, con lo que el contexto agrava aún más la marginación al resto de territorios.

El último modelo de financiación regional acabó generando aún más roces entre los territorios. Y es que, tras definir el modelo a su antojo los catalanes y aceptarlo con leves cambios el Gobierno socialista de Zapatero, hasta ellos mismos se quejaron por obtener menos recursos de los que inicialmente habían previsto.

Eso sí, por el camino, comunidades como la Valenciana salieron claramente dañadas. Y es que todos los fondos que vayan a privilegiar a determinados territorios obligatoriamente tendrán que salir de asignar menos recursos financieros a otras regiones.

Madrid, de hecho, no salió del todo maltratada frente a la media -era difícil discernir dos comunidades muy parecidas económicamente en aquella época como eran Madrid y Cataluña-. Pero si se notó claramente su discriminación frente al trato ofrecido a Cataluña.

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