Sánchez se puede marcar un gran tanto en su viaje a Cuba
Está claro que el presidente del Gobierno ha decidido optar por ponerse las botas de siete leguas para viajar por el extranjero antes que seguir intentando conseguir resultados positivos en la política interna española, cuyos protagonistas se han puesto levantiscos y no están dispuestos a acordar con él casi nada. Dentro de ese periplo incansable que lleva a cabo Pedro Sánchez, destaca el viaje relámpago a La Habana que pretende sacar algunos resultados positivos con el nuevo responsable del régimen cubano. Entre ellos, habría que pensar en esa nunca realizada primera visita de Estado del Rey a Cuba, el único país iberoamericano al que ni el Monarca anterior ni, de momento, el actual han conseguido viajar.
Hace mas de un año, después de una visita del entonces titular de Exteriores a la capital cubana, Alfonso Dastis anunció que dadas las buenas relaciones entre el Gobierno español y el cubano, los Reyes iban a viajar a Cuba en una plazo no muy largo. Se habló de que la pareja Real podría realizar esa visita de Estado antes de que el mandatario cubano Raúl Castro dejara su puesto, previsto para principios de 2018. Aquellas declaraciones se convirtieron en papel mojado con el paso del tiempo y no se llegaron siquiera a iniciar los preparativos del mismo por parte de la Casa del Rey, que nunca llegó a reconocer que la visita se fuera a celebrar a corto plazo. Se quedó de nuevo en agua de borrajas el proyecto de viaje de un monarca español a la que fue la joya de la Corona de las colonias de ultramar durante el dominio español en América.
Hay que recordar las dificultades que rodearon siempre el intento de viajar a Cuba del Rey Juan Carlos, quien sólo pudo visitar La Habana durante la Cumbre Iberoamericana que se celebró en la capital cubana en el año 1999. El anterior monarca quería ir a la isla cuyos habitantes siguen teniendo a gala mayoritariamente tener uno o dos abuelos “gallegos”, es decir, españoles. Le parecía injusto que hubiera visitado algunas decenas de naciones cuyos regímenes no tenían homologada su respeto a las libertades y a la democracia o, aún peor, eran sistemas totalmente dictatoriales y sin respeto alguno a los derechos humanos.
El presidente del Gobierno, José María Aznar, fue categórico al no permitir que ese viaje se realizara, lo cual produjo serias tiranteces entre el Gobierno y la institución monárquica. Así pues, el jefe del Ejecutivo podría apuntarse un tanto de este viaje a La Habana si consigue que se llegue a un acuerdo para que el Rey Felipe viaje a Cuba, en el que se acuerde que se haga con todas las garantías de que no va a haber utilización política por parte del régimen de la isla caribeña de la presencia del jefe del Estado español.