España
ELECCIONES 23J

Sánchez duda entre las ministras Robles y Ribera como nº 2 de su lista a las generales

Un eventual relevo de Sánchez en el PSOE, en caso de una derrota en las urnas, pesa en la decisión

Sánchez bloquea las primarias: se autoelige candidato en pleno rechazo interno por la derrota del 28M

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

La única certeza que hay a día de hoy en el PSOE ante las elecciones del 23 de julio es que Pedro Sánchez será el candidato a la Presidencia. A partir de ahí, todo son suposiciones y conjeturas, aunque algunas con más fundamento que otras. Quién le acompañará de número 2 por Madrid, un puesto que en 2015 ocupó Meritxell Batet, en 2016 Margarita Robles y en 2019 Carmen Calvo, es la principal incógnita en Ferraz. Las opciones de Sánchez, según fuentes de su entorno, se dirimen entre la ministra de Defensa y la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.

La configuración de las listas con el sistema cremallera obligan al PSOE a situar a una mujer justo por detrás de Sánchez. Por lo que tras el rechazo de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, a formar parte de las listas, como ya ocurrió en los anteriores comicios, el secretario general socialista busca en su gabinete a un «perfil solvente» para ocupar ese puesto. Con la mirada puesta en un «posible relevo» si Sánchez se ve obligado a abandonar el barco antes de hora como consecuencia del mal resultado electoral.

«La lógica», explican en el equipo del presidente, «es que fuera Ribera» la que conformase el ticket con Sánchez. Tras Calviño, es la segunda socialista en el escalafón gubernamental. Pero la madrileña tiene un perfil político «demasiado bajo» para una campaña «de alto voltaje» como la que se prevé. Teresa Ribera, explican en el PSOE, «es demasiado técnica y le cuesta alzar el tono». Por eso, descartada la ministra de Justicia, Pilar Llop -que no repetirá en las listas-, aparecen las opciones de la titular de Defensa, Margarita Robles, para ir de número 2. Como ya lo fue en el año 2016, quedándose al frente del grupo parlamentario cuando dimitió Sánchez.

El perfil de Robles gusta mucho al presidente que, además, le reconoce «una gran lealtad y sentido de Estado». Pero la ex juez, que también gusta a ciertos sectores de la derecha por su moderación -que sabe abandonar cuando toca-, no acaba de convencer a todos en el PSOE. Sobre todo de cara a un posible relevo del presidente. Precisamente, ese es uno de los motivos por los que Sánchez piensa en ella para llevarla en la lista madrileña. El jefe del Ejecutivo trabaja en un escenario de bloqueo electoral que podría acabar con su renuncia a ser investido, en caso de quedar por delante del PP, para intentar ser secretario general de la OTAN. Eso ocurriría antes de un eventual último intento de investidura, al cual podría someterse Robles, o de una repetición electoral.

Codazos para las listas

Hay codazos en el PSOE para formar parte de las listas de cara al 23J. Tal como avanzó OKDIARIO hace unas semanas, antes de saber que se iban a adelantar los comicios, los principales colaboradores del jefe del Ejecutivo habían expresado a Sánchez su deseo de estar entre los puestos de salida por si se quedaban sin su puesto de trabajo actual en el Gobierno. Las solicitudes proceden de personas como Óscar López o Antonio Hernando, los máximos responsables de su gabinete, o el ministro de la Presidencia Félix Bolaños -que no es diputado a día de hoy y que irá de 3 o de 5 por Madrid-.

También ha pedido estar entre los 7 puestos primeros el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas. Sánchez tiene previsto complacerle. Caso distinto es el de la portavoz adjunta Isaura Leal, muy cercana al presidente, que difícilmente podrá ir antes del puesto 8 -que no le garantiza la elección-. A la líder del PSOE en la capital, y actual directora de la Guardia Civil, Mercedes González «no tiene intención de incluirla». Aunque ella lo ha pedido, recordando que «cedió» para que Reyes Maroto fuera la alcaldable en Madrid cuando ya había sido encumbrada.

Algunos de los barones y alcaldables que perdieron su silla en los comicios del pasado 28 de mayo, como la balear Francina Armengol, la riojana Concha Andreu o los alcaldes de Sevilla y Valladolid Antonio Muñoz y Óscar Puente, respectivamente, también quieren formar parte de las listas en los puestos de salida. Ferraz, tal como explicó este periódico el pasado martes, sopesa recompensar su caída institucional con un puesto en el Congreso de los Diputados o en el Senado. Con Meritxell Batet a punto de abandonar la política, Salvador Illa quiere que la número 2 de Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona y ex delegada del Gobierno Maria Eugènia Gay encabece la candidatura. Gay, que seguramente se quedará en la oposición en la ciudad condal, ya sonó tiempo atrás como posible ministra de Justicia, puesto que ahora dejará vacante Pilar Llop.

Los cadáveres de Sánchez

En el otro lado de la balanza están los cadáveres de Sánchez. Todos aquellos ex colaboradores que han formado su núcleo duro, pero que ha fulminado por miedo a la sombra que le estaban haciendo. De estos la ex vicesecretaria general Adriana Lastra se da por hecho que irá de número 1 por Asturias «guste o no guste en Ferraz». La Federación Asturiana Socialista que dirige el mejor amigo de Lastra, Adrián Barbón, es junto al PSC la única que tiene autonomía para decidir a sus candidatos al margen de lo que diga la Ejecutiva Federal.

El hombre que formaba tándem con ella en el partido, cuando Sánchez fue elegido presidente del Gobierno mediante una moción de censura que negoció el propio José Luis Ábalos, también pretende seguir cuatro años más en el Congreso. El ex ministro de Transportes, Agenda Urbana y Movilidad y ex secretario de Organización socialista «espera» que vaya en uno de los puestos de salida de la lista por Valencia. «Nadie entendería que no fuera así, habiendo sido secretario de Organización», explican en su entorno.

Carmen Calvo, que fue vicepresidenta primera del Gobierno y número dos de Pedro Sánchez en los últimos comicios, «tiene muy difícil» volver a ocupar un escaño en la Carrera de San Jerónimo. El presidente quiere mandarla al Senado, tal vez encabezando la candidatura por Madrid, en un mensaje dirigido al feminismo tradicional que ella lidera y que durante los últimos años «ha plantado cara demasiadas veces» al líder. «Se trata de un castigo o lección», explican en el entorno de Sánchez, que no quieren a nadie que pueda contradecir sus decisiones en el grupo parlamentario. A Calvo trató de desplazarla como candidata a la alcaldía de Madrid o a la presidencia del Consejo de Estado, puestos ambos que rechazó la ex vicepresidenta.