Guerra Rusia-Ucrania

Sánchez desoyó la amenaza rusa y tuvo que reunir al Consejo de Seguridad con varios miembros ausentes

Argelia
Pedro Sánchez y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Foto: Europa Press
Joan Guirado

«Creo que se arreglará en las conversaciones con Rusia», sostenía el 21 de enero uno de los ministros de Pedro Sánchez en conversación con este periodista. Ese mismo día EEUU ya advertía de que la invasión de Ucrania iba a producirse antes de finalizar el mes de febrero. El Gobierno desoyó todos los avisos que le llegaron mediante la inteligencia española y se vio obligado a improvisar una reunión del Consejo de Seguridad Nacional la mañana de este jueves con la mitad de los miembros fuera de Madrid.

El presidente del Gobierno y la ministra de Defensa, Margarita Robles, visitaron la sede del CNI este miércoles, 18 horas antes del ataque ruso, pero no encontraron motivos o señales de última hora para tomarse en serio la amenaza. De ahí que el Ejecutivo decidiera no variar sus planes hasta que empezó el bombardeo.

Mientras la mayoría de países advertían ya de un ataque inminente de Vladimir Putin, el Gobierno de España mantuvo su agenda para el miércoles y el jueves, con la excepción de la inclusión de un Consejo Europeo extraordinario que requería de la presencia de Sánchez en Bruselas para coordinar la respuesta a las amenazas rusas. Horas antes del ataque incluso el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se dejó ver en el palco del Wanda Metropolitano.

A la misma hora que el jefe de la diplomacia presenciaba el partido del Atleti en la Champions, los ministros Félix Bolaños e Isabel Rodríguez decidieron viajar a La Palma para presidir la Conferencia de Presidentes Autonómicos, programada para jueves y viernes, y a la que Moncloa confirmó que se sumaría Sánchez tras la cumbre de Bruselas.

No fue hasta primera hora de este jueves, cuando el inicio de la guerra sorprendió a los ministros de Presidencia y Política Territorial en La Palma, cuando se procedió a suspender toda la agenda prevista en las islas. Paralelamente Moncloa convocaba el Consejo de Seguridad Nacional al que no acudieron ni Bolaños, ni Teresa Ribera -en Lugo- ni Pilar Llop -en Murcia-.

Unas ausencias que reflejan la improvisación de un Gobierno que minimizó lo que podía ocurrir, pese a los avisos que había recibido por parte de la inteligencia española y sus aliados internacionales.

Mientras se desconvocaban los actos en la isla, en ese momento, un avión del Ejército del Aire viajaba desde Torrejón de Ardoz a La Palma para trasladar a Madrid a Bolaños, Rodríguez y medio centenar de altos cargos y colaboradores de La Moncloa. Desde el complejo presidencial se dirige la respuesta española a la guerra.

Moncloa estaba convencida de que no habría invasión de Rusia en Ucrania. Es la información que, según varios ministros, les llegaba a ellos. O la que habrían querido interpretar para apostar sin fisuras por la vía diplomática.

De ahí que mientras la mayoría de potencias reunían preventivamente a sus consejos de seguridad nacional, como Francia, EEUU o Polonia, Sánchez optó por no convocarlo. España no reunió a su Consejo de Seguridad Nacional hasta este jueves, ocho horas después de estallar la guerra.

La falta de previsión de España cobra más importancia si tenemos en cuenta que la administración norteamericana dejó a Sánchez fuera de la ronda de contactos impulsada por Joe Biden. El jefe del Ejecutivo español no fue convocado a ninguna de las reuniones virtuales del presidente estadounidense, pese a presentar a nuestro país como un aliado de los EEUU.

Nunca se nos tuvo en cuenta, aunque el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, restó importancia a la exclusión. La portavoz Isabel Rodríguez aseguró que «nos sentimos absolutamente partícipes y coautores de las decisiones» ya que, a su juicio, España y Estados Unidos «hacía tiempo que teníamos una relación tan extraordinaria como la que mantenemos en estos momentos».

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