España
INFORME DE 'THE ECONOMIST'

Sánchez convierte a España en el único país de Europa rebajado a «democracia defectuosa» en 2021

España es el único país de Europa que ha pasado de ser una «democracia plena» a una «democracia defectuosa» en 2021, de acuerdo con el ránking anual Índice de Calidad Democrática publicado por The Economist, considerada la revista económico-política más prestigiosa del mundo.

Aunque desde que gobierna Pedro Sánchez España ya había ido bajando puestos en este índice, el país nunca hasta ahora había entrado en el dudoso club de las «democracias defectuosas», donde este año también han entrado países como Moldavia, Montenegro y Macedonia del Norte, hasta ahora considerados de «régimen híbrido».

España no es el único país de Europa que, de acuerdo con The Economist, no es una «democracia plena», también lo son Francia, Portugal, Italia o Bélgica, pero sí es el único que nunca antes había sido considerado una «democracia defectuosa» desde que comenzó a realizarse este índice en el año 2006.

A nivel mundial, el único país además de España que ha bajado en su nivel democrático hasta niveles «defectuosos» ha sido Chile, presidido por el ultraizquierdista Gabriel Boric.

Para considerarse democracia plena la nota ha de ser superior a 8 puntos. España ha pasado en 2021 de los 8,12 puntos del 2020 a 7,94 en el 2021, y eso ha supuesto salir de la división de honor, que encabeza Noruega con una nota de 9,75 sobre 10, y donde también están países como  Finlandia, Suecia, Alemania, Reino Unido, Suiza o Países Bajos, entre otros.

De acuerdo con la publicación, el retroceso de España se debe a cuatro razones: la independencia judicial, la fragmentación parlamentaria, la corrupción y el creciente nacionalismo catalán.

The Economist  menciona las «divisiones políticas» a la hora de renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como uno de las principales motivos que han llevado a España a bajar en este ranking.

La revista recuerda que en la actualidad «el consejo está funcionando de forma interina, ya que su mandato venció en 2018 y no ha habido acuerdo sobre el nombramiento de nuevos jueces (que necesitan una mayoría de tres quintos en el Parlamento)».

Además, la independencia judicial de España está especialmente en tela de juicio desde que Sánchez colocara como Fiscal General del Estado a la ex ministra de Justicia de su Gobierno, Dolores Delgado. Un nombramiento que se produjo meses después de cargarse de un plumazo la supuesta división de poderes del Estado al afirmar que la Fiscalía depende del Gobierno.

El retroceso sin precedentes de España en su calidad democrática se produce el mismo año en el que el Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales los dos estados de alarma decretados por Sánchez y que le permitieron gobernar con poderes excepcionales durante meses sin rendir cuentas en el Congreso de los Diputados. De hecho, el Tribunal Constitucional también declaró inconstitucional el cierre de la Cámara Baja durante las primeras semanas de la pandemia del coronavirus.

Tres sentencias en las que quedó constatado que Sánchez violó derechos fundamentales de los españoles, más allá de tratarse de limitaciones derivadas de la necesidad de atajar la propagación del covid.

En enero de 2020 Sánchez no dudaba en fardar en sus redes sociales de que España era, un año más, considerada una «democracia plena» por The Economist. Una condición que, tras dos años bajo su Gobierno, España ha perdido y sobre lo que, por supuesto, Sánchez no se ha pronunciado este jueves.